Llevamos varios días en que, a raíz de su enésima intervención quirúrgica, los medios de comunicación han venido aireando de mil y una formas todos los detalles de la historia clínica del Rey.
Un Rey agradecido, que supo aplaudir las excelencias de un sistema público de salud del que hizo más bien un escaso uso y, que cuando lo hizo, se acercó a un sistema depurado de los defectos que se derivan de la masificación, las consultas rápidas o las largas esperas que sus súbditos han de soportar a diario.
Las enfermedades del Rey se han venido haciendo tan habituales, en los informativos de nuestras actuales sobremesas, que el buen humor de un pueblo asfixiado por la crisis las aprovechó, para hacer de ellas un chiste gráfico según el cual éste sería el próximo aspecto del juego "Operacion"...