Revista Diario

Operación "retirada del biberón"

Por Una Mamá (contra) Corriente @Mama_c_corrient

En esto de la alimentación del niño, aunque he ido siguiendo más o menos las pautas que me han ido dando, reconozco que no he sido nunca de seguir a rajatabla las recomendaciones. Probablemente sea esta una de las materias donde más me he dejado guiar por mi instinto. Y es que he tenido la suerte de tener un niño que, hasta la fecha, ha sentido un gran interés por todo lo que comíamos los adultos y se ha cabreado mucho cuando no le hemos dado a probar de lo nuestro. Por lo tanto, hemos introducido una alimentación casi de adulto en muy poco tiempo, algo que encuentro bastante positivo (aunque tiene sus puntos negativos, que podría contar otro día).
En el tema de los biberones, muchos son los pediatras que recomiendan retirarlos a partir del año. ¿Razones? Unos hablan de la caries del biberón, algo que a mi no me ha preocupado nunca porque mi hijo no se queda durmiendo con el biberón sino que se lo toma en 5 minutos. Otros hablan de que favorece la obesidad porque toma más cantidad de la que necesita al beberse muy rápido y por ser innecesario desde el punto de vista calórico. Y otros no explican el motivo, pero insisten en que debe retirarse...
Yo he pasado bastante del tema apelando nuevamente a mi intuición. El niño tiene un gran instinto de succión (se chupa el dedo durante el día, con eso lo digo todo) y hasta hace relativamente poco sólo ha tolerado las boquillas blandas de los vasos adaptados para el agua. Además, mi hijo no sólo no tiene problemas de sobrepeso sino que hasta hace nada ha estado más bien flacucho. En cierto modo, el biberón de leche con cereales era un apoyo a su necesidad de succión y un apoyo nutritivo, no sé si necesario, pero a mi me hacía sentir relajada, pensando que tomaba mucho alimento.
Hasta que hace unas semanas empecé a plantearme que el niño había superado ya el año y medio y quizá en algún momento debería comenzar la operación "retirada del biberón", por más pereza que me diera. No es que pase gran cosa, pero no me apetece que mi hijo llegue a los dos o tres años enganchado al biberón, algo que veo bien probable por lo mucho que le gusta chuparse el dedo.
Así lo planteé en Madres Blogueras, podéis echarle un vistazo aquí al hilo.
La situación de partida era la siguiente: desayuno compuesto únicamente de un biberón de 240 ml de leche de crecimiento con 3 ó 4 cacitos de cereales y cena ligera con un postre de biberón de 240 ml de leche de crecimiento con 6 ó 7 cacitos de cereales. 
El desayuno es uno de los temas que más me preocupan y me he planteado atacarlo en último lugar. Mi hijo es de esos niños que se levantan sin ganas de desayunar y ese biberón se lo toma con pocas ganas. Pienso que si le retiro eso no va a desayunar nada así que, de momento, sin prisa. Eso sí, he empezado a ofrecerle galletas y biscotes para ver si va cogiéndoles el gusto.
En la cena he suprimido el biberón desde hace dos días. Con malísimo resultado, lamentablemente. Es decir, lo que he obtenido es que no tome ni leche ni cereales, punto. No ha habido forma de darle leche, ni probando todos los vasos de la casa (vaso adaptado, vaso normal de los nuestros, taza con asas), ni añadiendo cacao, ni añadiendo cereales... Nada, no quiere ni verlo. 
Así que la operación "retirada del biberón" de momento va mal. 
El tema de los cereales no me preocupa mucho. A este niño le gusta mucho el pan y las galletas, no creo que se vaya a quedar corto si dejo de darle esos biberones. Y el tema de la leche... pues los yogures le encantan así que tampoco creo que pase nada, más cuando en la reciente conferencia que Carlos González dió en Madrid se indicó que la recomendación de medio litro diario se refería a menores de 12 meses. 
¿Qué voy a hacer?. Cuando acabe la leche de crecimiento que tengo en casa, probaré la leche de vaca entera. El problema va a ser que llegue a probarla, porque en cuanto ve el vaso lo aparta, pero para eso he comprado pajitas, a ver si le gustan, que en el Vips bien que ataca los batidos. Y el tema cereales intentaré suplirlo con pan y galletas. 
Eso sí, la retirada tiene pinta de que va a ser complicada. 
¿Me echáis un cable?.

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