Revista Opinión
Estaba sentado en una confitería de Congreso,
mirando pasar la vida nerviosa y urgente de los porteños, pensando en nada,
degustando o más bien sufriendo un café cuando vi cruzar Callao, distraído como
siempre esquivando taxis y transeúntes a Felipe.
Felipe Cansino con "C" aunque él
desde que aparecieron los Kirchner en la escena nacional, borró de un plumazo
la "Ce" y la cambió por la "Ka", aclaración que le encanta
formular cuando alguien le pregunta su apellido: Cansino con Ka de kilo dice.
En su visión muy peculiar, Felipe espera (y nunca faltan) que hecha la
aclaración le digan: ah, como el Presidente que se nos fue.
Como yo estaba como pavo en exposición
Felipe, buen pibe pero cargoso como mosca en verano, me vio y antes que el
semáforo cambiara, ya lo tenía sentado en mi mesa, preguntando qué hacía allí,
si esperaba una mina, porque no estaba en mi oficina, etc. etc.
Confieso que no fue maldad; se me ocurrió así
de golpe decirle: Mirá a vos te lo voy a decir porque sos un amigo, pero te
pediría que tengas reserva porque es un asunto muy serio que cuando salga a la
luz, varios de los que de tanto en tanto vienen a perder tiempo allí (mirando
sobre su hombro derecho, como dándole mayor suspenso a la frase, hice un gesto
con la cabeza, señalando la dirección del Congreso de la Nación, lugar en el
que Felipe trabaja como asistente de un Senador del interior.
No es que sea un cuadrúpedo, tampoco un
genio; digamos que es tipo
“standard” de los que en este tiempo híper
mediático se comería casi sin
complicaciones el sapo que pensé servirle sin siquiera aderezarlo.
Los ojos de Felipe brillaron ansiosos, le
encantan este tipo de confidencias como a todo "corre, ve y dile"
chusma que le dicen.
Me incliné un poco hacia adelante y con voz
suave y modulada le dije: “Es un problema relacionado con los “sotomósforos”
que va hacer saltar en la banca a más de uno.
Felipe agrandó el brillo de los ojos, y abrió
la boca en un gesto de real asombro: “sotomósforos ? repitió, y eso que es?
Adopte un aire circunspecto y dije: Mirá es
un tanto complicado de explicar en pocas palabras, solo puedo decirte que la
divulgación masiva de esto que por ahora es conocido por unos pocos, traería
serios problemas, incluso a nivel internacional, porque parece que la cosa no
es de origen nacional exclusivamente, y los sotomósforos cuando aparecen son
extremadamente complicados.
Ah, pero entonces son personas, dijo Felipe
como tratando de indicar que tan lelo no era.
Podría decirse que sí, agregue y guardé
silencio para continuar luego de una pausa
que a mi interlocutor le pareció una eternidad; yo diría utilizando un término
de la jerga periodística que es una especie.
Vos recordarás sin duda, continué con ánimo
de confundirlo aún más, de aquella anciana en Northampton (Inglaterra) que
evitó a golpes de su bolso de mano el atraco a una relojería de lujo.
Felipe
asintió con la cabeza, donde continuaba resaltando su boca abierta, oportunidad
que yo aproveché para agregar: y ese matrimonio también británico cuyo tercer
hijo nació a la hora 7.43, exactamente la misma hora en que nacieron sus otros
dos hijos mayores, te acordás ?
Se
habló entonces que las posibilidades de que estas rarezas ocurran son de una en
300 millones, que las hermanas mayores del recién nacido llegaron al mundo, una
en octubre del 2005 y la segunda en diciembre del 2007 resaltando el hecho que
en año y meses diferentes, ambas nacieron a las 7.43.
Felipe
no aguanto más y dijo: y que corno tiene que ver el edificio aquel con los
“sotomósforos” la viejita, y los nacidos a las 7.43.
Tiene,
tiene, le respondí alzándome, pero discúlpame, me tengo que ir agregué mientras
me dirigía a la puerta donde me esperaba Marissa a la que saludé con un tenue
beso en sus frescos labios, mientras Felipe contemplaba como nos perdíamos en
la vorágine de la misteriosa Buenos Aires.