El título, en realidad no es mío, es una versión de una frase que soltó mi amiga Irene Vera en una entrevista que le hicieron hace unos meses en la radio. Pero hoy no vamos a hablar de Irene, cuando se pone colorada está horrible, creedme, va en serio.
Vamos a hablar como he dicho en el título de Operación Triunfo y Factor X, dos programas "musicales" con tinte de Gran Hermano barato. Lo que a priori parece una buena oportunidad para los concursantes de hacerse oir en el mundo de la música, se convierten en una oportunidad para que después de salir de ahí Operación Triunfo, se convierta en Operación Anónimo. Se hacen populares dentro del programa y cuando pasan unos meses de haber finalizado el concurso, nadie se acuerda de ellos. En el caso de que alguno triunfase, el exito dura muy poco tiempo, dos o tres trabajos discográficos cómo mucho.
El problema es que el éxito no se puede regalar sino hay que trabajárselo. Un producto se tiene diseñar, preparar y fábricar. Estos dos programas la etapa de diseñar y preparar se lo saltan, directamente los fabrican y los lanzan al vacío sin tener en cuenta su talento en creación artística y si cantan bien o producen contaminación acústica o daña los oídos con sus desafinaciones como ocurre en el caso de Elías o Púa durante la presentación de su single "Tú eres mi chica".
Alesha Dixon - The Boy Does Nothing (Remix)