En esta ocasión, en mi décima experiencia de ultra distancia en estos últimos siete años, decidí dar una vuelta de tuerca a lo que había hecho hasta ahora en varios aspectos. Por una parte, en mis retos anteriores había dedicado todos mis esfuerzos al tema de las enfermedades raras o minoritarias así que esta vez me decidí justo por todo lo contrario. Es decir, el contenido haría referencia a una enfermedad mayoritaria que, precisamente por serlo, muchas personas le pierden el respeto a pesar de que su falta de control puede tener consecuencias serias y, a veces, irreversibles. Se trata de la diabetes.
Siguiendo el protocolo habitual contacté con la Asociación de Diabetes de Catalunya para proponerles si querían ser los destinatarios del proyecto. Tras una reunión con los responsables aceptaron la propuesta y, desde ese punto, empecé a planificar toda la estrategia. En primer lugar crear el soporte digital del proyecto. Un sitio web propio desde donde centralizar y proyectar todo el contenido que generase la iniciativa, apoyado por una presencia evidente en las redes sociales: Facebook, Twitter e Instagram.
Además también se consiguió el apoyo logístico de dos empresas que están vinculadas en lo que se refiere a productos y servicios con el tema de la diabetes: Ascensia Diabetes Care y Sunstar Gum.
A partir de ese punto, el siguiente paso era tomar una decisión sobre la parte deportiva del evento. Se trataba también de buscar algo nuevo y diferente a lo que había hecho hasta ahora... He corrido en el desierto, en la montaña, en pista de atletismo, en un lago, en un volcán, en la nieve.... No era fácil encontrar una localización que además tuviese un atractivo y una fuerza especial pero finalmente se hizo la luz y encontré un destino mágico: La isla de Formentera...!! Iba a correr en una isla... Pero aún me faltaba algún aliciente más. Normalmente en mis retos personales (excepto en la pista de atletismo) corro siguiendo un track con el GPS ya sea un recorrido único o por etapas pero en esta ocasión también iba a ser distinto.
Desde hace un tiempo tenía in mente un proyecto de ultra distancia que he llamado Trackless Ultra Running Xperience y que, básicamente, consiste en correr largas distancias sin un recorrido preestablecido. Es decir, correr por sensaciones siguiendo los impulsos que surjan durante el trayecto y tomando aquella dirección improvisada sobre la marcha y variando el trayecto tantas veces como sea necesario. Se trata de acumular el tiempo en el que uno se mantiene corriendo y no de completar un recorrido predeterminado. Y esta fue la filosofía que decidí aplicar en Formentera...!!
Mi reto consistiría en correr en la isla durante un tiempo máximo de 48 horas sin pausa en cualquier dirección y de forma espontánea. Formentera es una isla pequeña con una superficie de 83,2 Km2 y un litoral de 69 km con lo que visitar prácticamente toda la extensión de la isla estaba casi asegurado.
Así que teníamos ya la motivación social y de difusión, la ubicación física del reto y la campaña diseñada. Tocaba entonces ponerse a entrenar duro y a gestionar las acciones en los medios de comunicación. La parte de comunicación es algo en lo que tengo bastante experiencia por mi faceta profesional de modo que planifiqué entrevistas con miembros de la asociación, médicos, investigadores, enfermos, familias, deportistas, etc., que fuimos compartiendo tanto en prensa, radio, TV y redes sociales...
En la parte de los entrenos fue más complicado sacar tiempo al tiempo porque para entrenar un evento de estas característica lo que se requiere es tiempo disponible para correr y eso es lo más difícil de conseguir pero con mucho esfuerzo se hizo lo que se pudo (aunque siempre tiene uno la sensación de que se queda corto).
También he contado con el apoyo material de varias marcas comerciales de equipamiento deportivo que me han ayudado mucho a sobrellevar de la mejor forma posible los diferentes entrenos programados.
Han sido más de tres meses inmerso en la vorágine de gestión del proyecto, entrevistas, grabaciones, contactos, redes sociales, generar nuevos contenidos, difusión... Una locura...!! Pero es lo que quiero hacer y me compensa sobradamente...
El tiempo pasa rápido y llegó el momento de la partida hacia Formentera el 20 de septiembre con la sensación de haber completado la primera fase del proyecto de forma satisfactoria.
El viaje estaba programado en barco hacia Ibiza y posterior trasbordo en ferry hasta Formentera. El traslado en barco tiene su historia porque al principio se me ocurrió la "brillante" idea de intentar iniciar el recorrido del reto corriendo en la cubierta del barco en cuestión... Contacté con la empresa responsable y me comentaron la imposibilidad de realizar mi propuesta. Entre otras cosas porque la cubierta del barco no permite correr sin desniveles varios: escaleras, ascensores, zonas comunes... Y además durante el trayecto gran parte de la misma está húmeda e incluso mojada por efecto del oleaje con lo que era algo impracticable además de las posibles molestias que podía ocasionar a otros pasajeros... Así que idea descartada..!!
Pasé una noche muy relajada en el barco y por la mañana ya estaba en Formentera, una isla mágica, como tuve la oportunidad de comprobar después. Una vez en el alojamiento previsto me dediqué a realizar una pequeña excursión por los alrededores para empezar a aclimatarme visualizar el ambiente y el inicio del trayecto que iniciaría al día siguiente.
He de decir que la previsión climatológica era de altas temperaturas y un Sol radiante lo que potencialmente añadiría una dificultad más a las previstas.
Y llega el día previsto...!! Me levanto a las 7 de la mañana y preparo todo el equipamiento, me visto para la fiesta y desayuno con ganas. La idea inicial era empezar a correr a las 12 del mediodía pero a eso de las 9 y poco de la mañana ya estoy vestido, desayunado e impaciente así que decido avanzar la hora de la salida a las 10 de la mañana en las cercanías de la localidad de San Ferran de Ses Roques. Llevo encima todo lo necesario para las próximas 48 horas y también un pequeño mapa de turismo de Formentera para que me sirva como pequeña orientación...
He de explicar que el reto consistía en correr durante 48 horas sin pausa. Eso significa que desde el momento en que me pongo en marcha el cronómetro y empiezo a correr el tiempo no se detiene. Es decir, todo el tiempo que yo pueda parar a comer o a descansar no se recupera. El cronómetro sigue avanzado y cuando se cumpla el plazo simplemente hay que comprobar cuántos kilómetros he podido sumar corriendo en cualquier dirección de la isla.
Empiezo a correr después de grabar un pequeño vídeo testimonial de la salida (algo que iré haciendo con el móvil durante todo el trascurso del reto) además de ir grabando con la mini cámara un vídeo reportaje que luego, una vez concluida la experiencia, editaremos y publicaremos.
De momento me dirijo hacia el llamado Faro de la Mola y, por lo que veo, es un trayecto prácticamente en línea recta hasta ese lugar emblemático... El día es espléndido pero cuando llevo ya varias horas, pasado el mediodía, el calor es brutal y voy a un ritmo más lento para no acusar demasiado el esfuerzo. Después de varias horas y de haberme desviado por varios senderos cerca del mar llego al faro y me detengo unos minutos para grabar varios cortes de video cerca de los impresionantes acantilados cortados decenas de metros casi en vertical. El lugar es fantástico pero tan sólo es un preludio de lo que veré después. Tras un buen rato corriendo por las inmediaciones del faro regreso hacia la parte central de la isla y después me dirijo hacia la llamada Torre de Sa Punta Prima a media tarde y con las piernas un poco cargadas...
Cada vez que voy descubriendo nuevos lugares mis sensaciones aumentan por momentos... Cada tres horas voy haciendo un pequeño alto para comer un poco y cada seis horas la ingesta de alimentos es más abundante sin olvidar el tema de la hidratación que es fundamental para la supervivencia, recorriendo senderos próximos a la costa transcurren las siguientes horas hasta que llega la primera anoche en Formentera.
Lógicamente el cansancio se va cumulando pero en ese momento lo que más me preocupa son dos cosas: el calor diurno que parece que va a ir en aumento en las próximas horas y, curiosamente, estaba en estado de alerta por la conocida plaga de serpientes que sufre Formentera aunque hasta ese momento no había visto ninguna. Sin embargo existe una plaga más preocupante para mí: los mosquitos...!! Cuando empieza a anochecer ser hacen más presentes y, en según qué zonas, son una auténtica pesadilla. De modo que intento huir de las zonas en las que son más abundantes. Especialmente cerca de estanques o zonas húmedas.
La primera noche en Formentera es dura pero algo menos de lo que suponía ya que agradezco enormemente el frescor de la noche. Bien entrada la madrugada me acerco a una zona más transitada y busco un lugar para descansar y recuperar algo de fuerzas. Consigo dormir de forma intermitente unas 3 horas como mucho y al amanecer busco un lugar para desayunar e intento ponerme de nuevo de nuevo en marcha. Eso es lo más complicado porque después de una pausa prologada lo más difícil es volver a reactivar el sistema músculo-esquelético. Lo consigo no sin esfuerzo después de largos minutos en movimiento y con el Sol brillando en todo lo alto empieza el trayecto improvisado hacia algún lugar una vez sobrepasadas ya las primeras 24 horas.
Con el ritmo de crucero de nuevo en marcha me dispongo a enfrentarme otra vez al calor sofocante y a los rayos del Sol que caen a plomo. El calor extremo afecta considerablemente al rendimiento y es un factor de riesgo para provocar una deshidratación que puede llegar a tener serias consecuencias. Así que intento beber con mucha frecuencia y moderar el ritmo para no desgastarme en exceso antes de tiempo.
Sigo recorriendo la extensión de la isla con mucha precaución para no caer en un agotamiento prematuro. Paso por el puerto de La Savina, dónde como algo más sólido y continuo hacia l'Estany des Peix. Me dirijo después dirección Sant Francesc Xavier, más hacia el centro de la isla dando varios rodeos. Una vez llego al núcleo urbano noto las piernas bastante cargadas así que pequeño alto en el camino para recuperar algo de energía y vuelvo de nuevo en busca de la costa dirección a la torre de La Gavina y Can Marroig, en esta zona me encuentro con innumerables senderos de piedra, arena y tierra muy agrestes pero bastante aceptables para correr aunque el cansancio se deja notar cada vez más.
Después de comer algo más consistente me armo de valor y consigo llegar primero a la zona de Cala Saona y después alcanzar el faro de Barbaría. Otro lugar realmente espectacular de la isla donde realizo varios trayectos con unas vistas increíbles.
En la siguiente fase me dirijo hacia el llamado Estany Pudent y después a Ses Illetes. Una zona en la que pienso permanecer y explorar hasta que empiece a anochecer. Un lugar realmente bonito porque el líquido elemento está presente en ambos márgenes del recorrido tanto el mar como el agua estancada como el agua que inunda las antiguas salinas. Pero aquí los mosquitos ya son una auténtica amenaza viviente y mientras voy corriendo e intento grabar y poner voz a algunos cortes de vídeo los mosquitos entran en la boca y tengo que escupirlos varias veces.
Por otra parte, llevo ya algunas horas con unos pinchazos crecientes en la pierna izquierda, en concreto en la zona del gemelo y en la parte baja del glúteo, además de un incipiente dolor en el talón que ya me venía tratando desde hace algunas semanas pero que con el sobreesfuerzo se ha resentido.
La situación poco a poco se vuelve crítica... El cansancio acumulado durante las últimas horas me obliga a detenerme y a intentar recuperar algo de energía física y mental porque si no lo consigo creo que no voy a poder continuar con la experiencia. Esta sensación se repite en varias ocasiones hasta que decido hacer una parada más prolongada. Me siento a descansar, hacer algo de estiramientos y comer un poco pero no lo veo nada claro...
Después un lapsus importante cuando ya empieza a anochecer en las Salinas (soy testigo de una puesta de Sol espectacular) intento regresar a una zona poblada para pasar la segunda noche algo más seguro porque, en caso de necesidad, no me encuentre aislado en algún lugar lejano de la isla y no tenga recursos disponibles a mi alcance en caso de necesitarlos.
La segunda y última noche es la más dura con diferencia... Apenas puedo dormir por el cansancio y la molestia en mi pierna izquierda que, aunque parece que disminuye en intensidad y me permite correr, no deja de molestar y, sobre todo, cada vez que me detengo y la musculatura se enfría un poco lo que más duele es volver a reactivarse y ponerse en marcha. Sin olvidarme, por supuesto, de los mosquitos que siguen revoloteando obsesivamente a mi alrededor toda la noche....
Aún así intento descansar a ráfagas durante la noche y una vez ha amanecido voy avanzando lentamente y mirando el reloj una y otra vez ya que a las 10 de la mañana expiran las 48 horas de plazo previstas.
Estas últimas horas son realmente una odisea. Ya no puedo correr y avanzo caminado lo más rápido que humanamente puedo porque quiero aprovechar hasta el último kilómetro válido que pueda sumar...
Finalmente, con más pena que gloria puedo cumplir con lo esperado... Finalizan las 48 horas en Formentera con un total de 212,66 km...!! Aunque no tenía una cifra mínima prevista me puedo dar por satisfecho con la suma alcanzada considerando que he estado a punto de abandonar en 2 ó 3 ocasiones y que la molestia en el talón izquierdo ha ido en aumento hasta el final del recorrido.
De este modo concluye una nueva experiencia (la décima) de ultra distancia en el aspecto puramente deportivo aunque el período de difusión social se va a prolongar todavía unas semanas más para acabar de sensibilizar a la sociedad sobre la prevención y el control de la diabetes.
Y ahora a descansar física y mentalmente unas semanas, no?