Esta entrada contiene spoilers así que si no has visto el último episodio de 30 Rock emitido hasta la fecha, no se te ocurra seguir leyendo.
La NBC lo publicó, a través de Facebook al menos, una semana antes con una original invitación (ver al final del post) al enlace. Fue un spoiler en toda regla y más porque nos desvelaron es vestido de la novia por lo que el elemento sorpresa era nulo antes de visionar Mazel Tov, Dummies! El séptimo episodio de la séptima y última temporada de esa gran comedia llamada 30 Rock.
A Liz Lemon (Tina Fey) le ha costado encontrar el amor, pero en la sexta temporada apareció Criss (James Marsden) en su vida y desde entonces la guionista jefe del TGS es una mujer más feliz. Pero algo falta en su relación, un bebé, algo con lo que Liz lleva tiempo soñando y como parece que la adopción es su única opción en una rara propuesta matrimonial, Criss y Liz deciden pasar… por el Ayuntamiento, para hacer los trámites más rápido.
Y aunque, Jack (Alec Baldwin) y Criss intenten que Liz tenga la boda con la que siempre soñó (era más rara que la proposición matrimonial), a ella parece no importarle. Quiere a Criss, quiere casarse con él y quiere un bebé.
Pero, finalmente en un giro de última hora, ella le dice a su prometido que vaya a por un traje y se va a casa en busca del vestido adecuado para la ocasión que no es ese que le sirvió para que la mesa de Ikea no le cojease (¿o era una estantería?), sino el que le salvó de no ser jurado en un juicio, el de princesa Leia, con ensaimadas en el peinado y todo.
Y así, con Tony Bennett cantando y Jack y unos vagabundos de testigos, Liz Lemon es ya una mujer casada. Y su jefe, mentor y buen amigo Jack le da dos besos y su bendición, afirmando que si Liz ha podido, cualquiera puede.
Una extraña boda, sí.