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Opinión: 50 sombras de Grey y las modas literarias

Publicado el 24 febrero 2015 por Elaltramuz @ElAltramuz

50 sombras de Grey y las modas literarias

Opinión: 50 sombras de Grey y las modas literarias
Hace unos días se estrenaba la aclamada película basada en las novelas de E. L. James. Unos libros con temática erótica, una estimulación para los sentidos, y buen material para que se estimulen todas las insatisfechas sexuales.
Lo cierto es que me asusta y mucho todo esto, y aquí estoy pasando informe. No sé si os estáis dando cuenta, pero durante los últimos años parece que hay un nuevo negocio; un tirón con resultado seguro que se explota sin control, y con los que se consiguen resultados tan desorbitados que de verdad no me sorprende que cada día haya más. Las novelas fantásticas dirigidas al público femenino, aquellas que parecen estar acabando con la cordura de un público coherente a la hora de elegir una película de la cartelera, y con las que al llevarlas al cine se consiguen unos resultados en taquilla increíblemente elevados. Ocurrió en el pasado con la saga Crepúsculo y puede volver a suceder.
Os prometo que hacía mucho tiempo que no veía esas colas en los cines como las de aquel fin de semana del estreno de "Fifty Shades of Grey". Un público encantando y emocionado con ver la película del único libro que se habían leído en toda su vida. El lívido de aquellas fans gritando todo tipo de obscenidades porque sí. Un autentico gallinero formado en las inmediaciones de las taquillas, y con unos empleados que os aseguro que acabaron hasta las mismísimas pelotas del señor Grey, de sus sombras y de la puta madre que parió a todos. He vivido esa experiencia en mis propias carnes, sé de lo que hablo; yo también vendí entradas en el pasado.
¿Y es necesariamente malo? ¿Quien soy yo para decir a la gente lo que tienen que leer o ver? ¿Por qué opino sin haber leído ninguno de los libros, e incluso sin haber visto la película?
Tranquilos, os explico: No, no es que sea malo que la gente acuda al cine en masa, al revés. Tampoco estoy aquí para dar una clase de ética a la gente, y ni mucho menos voy a ser quien ordene nada a nadie, en eso consiste la libertad. La última cuestión la responderé más adelante. Por el momento vamos a centrarnos en las dos primeras.
Una de las cosas que me preocupan mucho, es el desconocimiento a la hora de entender determinados conceptos. Estas novelas en las que se habla muy abiertamente del sexo, y concretamente de su modalidad BDSM (prácticas sadomasoquistas), algo en lo que yo no tengo experiencia y ni mucho menos ganas de practicar, pero que según he comentado con gente que está más puesta en el tema, el libro que tanto ha impresionado a toda esta generación, aún con todo se queda bastante descafeinado en cuanto a las prácticas que se definen en el mismo. Os prometo que hay escritores mucho más duros con su prosa que las páginas de esta saga que tanto revuelo han montado.
Pero si hay algo que realmente me impacta, e incluso me pone mal cuerpo, es el uso de los términos de una forma errónea, e incluso la tergiversación de los conceptos formando ideas delirantes que no hacen otra cosa que autohumillarse no solamente a las propias personas que en su ignorancia las sufren, sino al resto que sin comerlo ni beberlo se ven envueltas en absurdas polémicas, y que por supuesto no tienen la idea equívoca de lo que viene derivado todo esto. ¿y por qué cuento todo esto? Pues creo que una imagen vale más que mil palabras.
Opinión: 50 sombras de Grey y las modas literarias
¿Hasta qué punto es esto cierto? No estoy seguro de la veracidad de tal imagen, pero en cualquier caso, durante el estreno de la película estuvo rodando por mi TL de Twitter, y con comentarios de otras mujeres, y niñas que es lo que más me preocupa, apoyando tal gilipollez, e incluso admirando dichas camisetas. Cuando no se entiende el sentido de determinadas palabras y la connotación varía entre lo que se ha leído y el sentido que las personas les da, es algo horrible y peligroso. Son muchos los años que se lleva luchando por los derechos de las mujeres, y queda mucho por hacer, por favor, que estas cosas no se comiencen a malinterpretar. La palabra sumisión siempre me ha parecido horrible, aún perteneciendo al ámbito BDSM antes comentado, sigue resultando algo negativo, al menos en mi opinión.
Y por último sí. Puedo tener un concepto equivocado de todo este fenómeno, aunque me jode llamarlo así, sería elevar a una altura que no merece esta grandilocuencia y pretenciosa. Odio hablar sin conocer el producto en sí, pero son tantas las críticas negativas y las hostias que se viene llevando esta película desde su estreno, que personalmente me da la sensación de haberla visto 5 o 6 veces, e incluso haber vomitado sobre una de las butacas de en frente. Que no os engañe la generación Super Pop, es una basura, y habéis acudido en masa a verla, y esta vez sin importar el precio ni ponerlo como excusa para dejar de asistir al cine. Habéis obligado a vuestras parejas (tanto ellas como ellos eh) a entrar en aquella sala oscura. La sala de la discordia. Os habéis hecho todo tipo de ilusiones, y os las han arrebatado de golpe y plumazo; os han vendido la moto. Y lo peor es que os hemos tenido que aguantar. No quiero escuchar ni la más mínima queja cuando llegue La Liga de la Justicia, Star Wars VII o lo nuevo de Tarantino, ya lo advierto.Propiedad de ElAltramuz.com

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