No sé si debido a la difusión que ha tenido la película o a que se trataba de una novedad de un estudio que, día a día, está consiguiendo cada vez más prestigio, he tenido la ocasión de leer muchas y muy varias crónicas sobre la última película del Studio Ghibli estrenada en España. Tuve la ocasión de ir al cine el pasado lunes y, voluntariamente, he dejado una semana de margen para que este texto que vas a leer, al margen de la calidad que tenga, sea una opinión más reposada que el que hubiera escrito a las pocas horas de salir del cine.
La falta de magia
La opinión de los medios sobre Arrietty y el mundo de los diminutos es, en líneas generales, positiva. El cine de Ghibli tiene algo que lo hace diferentes al resto y este detalle parece que no se le escapa a los críticos de cine. La situación sería más halagüeña si los espectadores lo tuvieran tan claro como ellos.
Uno de los detalles que se le ha echado en cara a la película es la falta de "alma" que tiene. En algunas ocasiones se ha llegado a decir que se nota que no es una película dirigida por Hayao Miyazaki. Personalmente me parece un comentario injusto. Y digo injusto porque Arrietty debe ser uno de los proyectos no dirigidos por el maestro que más de él tienen. Por un lado, él apostó por Hiromasa Yonebayashi para que fuera el director de la película, rompiendo el récord al ser el más precoz, 36 años, en dirigir una película en el estudio. Él coguionizó, con Keiko Niwa, una historia a la que echó el ojo hace treinta años y que, ahora, ha visto que era el momento adecuado para realizar la adaptación. Y, por último, él ha "apoyado" el proyecto, tal y como hizo como Mimi wo sumaseba y no hizo en Gedo Senki. Si os fijáis, Miyazaki ha estado participando en prácticamente todo el proyecto. Cuando tuvo la oportunidad de ver un primer pase de la película, le dio el visto bueno al trabajo de Maro (mote cariñoso por el que se conoce a Yonebayashi en el Studio Ghibli) y elogió el trabajo de su pupilo. Miyazaki no suele elogiar porque sí.
Históricamente, los títulos adaptados en el Studio Ghibli han pecado del mismo defecto. Recuerdo que tras ver Howl´s Moving Castle, la opinión generalizada fue de desconcierto, de que a la película le faltaba algo. Tenía escenas mágicas, emotivas, preciosas, pero le faltaba "eso" que tenían Chihiro, Totoro, Laputa... Algo parecido, creo, le ha pasado a Arrietty, pero en mi humilde opinión la gente se ha cebado sabiendo que no era una película dirigida por Hayao Miyazaki.
La labor de Aurum
Otra de las quejas que más se han repetido ha sido la del trabajo de Aurum Producciones a la hora de promocionar la película en los medios. Aquí me tengo que fiar de la gente que ha dado su opinión, porque yo no he visto promoción alguna en la televisión (es lo que tiene ver muy poco la tele). Pero así como me fío de la opinión de la gente, también me fío del sentido común de las personas que trabajan en la empresa madrileña.
Tras haber apostado por esta película, haberla distribuído por casi 140 salas del país y echar el resto en un proyecto que, a priori, no tiene todos los números para ser un éxito absoluto, no creo que Aurum no promocione uno de sus títulos lo mejor que puede. No es una empresa novata en esta tarea y dudo que les guste tirar el dinero y desaprovechar las licencias que tienen, así que me imagino que el trabajo de promoción y marketing llevado a cabo para Arrietty habrá sido el que se habrá podido hacer con los medios con los que se disponía. ¿Se podría haber hecho mejor? Seguro.
Si alguien no está de acuerdo con el trabajo de esta empresa, lo mejor sería aportar un argumento de peso justificando por qué lo han hecho tan mal y qué hubiera hecho en su lugar.
A lo que iba
Perdonad, pero me he extendido un poco de la cuenta. Y mi objetivo original era dar la opinión sobre esta película. Arrietty y el mundo de los diminutos es un proyecto muy parecido a lo que fue Gedo Senki, película dirigida por Goro Miyazaki. Periodo de producción similar, presupuesto ajustado, director novel, adaptación de una novela occidental de éxito internacional dirigido a un público adolescente...
Gedo Senki no tuvo tan buena acogida como Arrietty, que consiguió 110 millones de dólares en la taquilla japonesa. Su director, aunque novel, ha estado trabajando durante más de trece años en el Studio Ghibli, empezando desde abajo, y ha contado con el apoyo de Hayao Miyazaki. Eso, sin saber deciros exactamente dónde, se nota. Una de los puntos que más me impresionó de esta película fue la calidad que tenía a todos los niveles. Sorprende como Ghibli ha aprendido a hacer anime de tanta calidad en menos tiempo y con menos presupuesto. En parte, esto ha sido gracias a la experiencia acumulada durante tantos años, a mantener una plantilla más o menos estable, educarla a su estilo y a un sabio uso de las tecnologías.
Argumentalmente me parece una película deliciosa. Hayao Miyazaki ha declarado que, en esta época de crisis mundial en la que vivimos, le parecía una buena idea hablar sobre unos personajes que "cogían prestadas" cosas de otros. Aunque no lo dice claramente, lo que plantea es una convivencia equilibrada entre humanos y diminutos (aunque los seres humanos desconocen la existencia de estos últimos). El objetivo es tomar prestado aquello que se necesita y no acumular por el mero hecho de hacerlo. Es una actitud muy "animal" si se me permite la comparación. Tomar aquello que se necesita y nada más. Algo que, si se me permite, tendríamos que empezar a hacer nosotros.
Por otro lado está la relación entre los dos protagonistas: Arrietty y Shô. Ambos viven situaciones radicalmente opuestas. Mientras Arrietty se está haciendo mayor y ha empezado a hacer incursiones con su padre, Shô tiene problemas de salud y no muchas ganas de superarlos. Esta idea, al conocer a Arrietty, va cambiando. Shô descubre a un ser, de no más de 10 cm de altura, que tiene muchas dificultades para salir adelante y con un futuro, a priori bastante complicado. A pesar de ello, Arrietty afronta su vida con optimismo, aunque por el camino tenga algún que otro revés. Gracias a eso, en parte, Shô se contagia de esa ilusión de vivir. A pesar de que sus padres pasan de él y que se siente bastante solo y desilusionado, Shô recupera esa ilusión por vivir.
Mención aparte para dos de los personajes femeninos de la película. Es muy raro en los trabajos de Miyazaki, que se ha encargado del guión de esta película, encontrar personajes femeninos como los de Emily y Haru. Primero porque son mujeres y estas, en sus trabajos suelen ser como Nausicaä, Fio, Sophie... Arrietty. Por contra, en esta ocasión Emily es una madre muy preocupada por su casa, su familiar y con tendencia a la histeria. Haru es otro personaje bastante cómico, pero que no tiene una motivación muy bien definida, algo muy raro en los personajes de Miyazaki.
Sin embargo, en el devenir de la película, cada una cumple con su función (no quiero destripar nada del argumento). Se trata de una película con muy pocos personajes y en los que cada uno tiene un rol muy bien definido. Por contra, el padre de Arrietty, Pot, tiene un perfil más parecido al de los personajes masculinos del director, aunque quizá por la escasa relevancia de la madre, este gana en interés. Es un personaje parco en palabras, con las ideas muy claras y que hace lo que tiene que hacer, de la forma más simple y efectiva. En parte, supongo, estarían maniatados por la novela. Pero por otro lado sorprenden estos dos personajes cuando el guion viene de quien viene.
La banda sonora, en mi opinión, es sensacional. Cécile Corbel y su grupo, que tienen el honor de ser los primeros occidentales que se encargan de producir completamente una banda sonora para una película del Studio Ghibli. En ella se logran plasmar las personalidades de los dos protagonistas principales. Por un lado los temas más alegres y dinámicos representan a Arrietty, mientras que los temas más tristes y melancólicos se centran en Shô. Todo ello en una banda sonora repleta de canciones (algo poco habitual), muchas de ellas en inglés y con un aire celta que encaja muy bien en la película.
Para acabar, decir que la película me dejó un buen sabor de boca. Siendo conscientes de qué tipo de cine estábamos viendo (director novel, presupuesto y tiempo de producción ajustados) estamos ante un excelente título que, dejando a un lado el éxito de taquilla, se ha colocado en mi opinión justo por debajo de películas tan buenas como Chihiro. Tengo ganas de ver cuál será el nuevo proyecto que dirigirá Hiromasa Yonebayashi.
Me gustaría conocer tu opinión sobre la película. ¿Qué te pareció? ¿Estás de acuerdo con mi opinión? ¿En desacuerdo? Tienes a tu disposición los comentarios.