Charlie Brooker es un psicólogo de la sociedad. Después de los cinco episodios que llevamos de la serie Black Mirror, creo que acierto diciendo que él, es el mayor experto en la condición humana. Aunque este espisodio no me ha llegado tanto como el del estreno, reconozco haber reconocido el mensaje y la crítica claramente.
Tampoco vamos a desvelar la trama de este capítulo porque sería destrozar el momento, pero sí, daros unas claves para su análisis y reflexión. Esta vez retrata al ser humano como un observador del sufrimiento ajeno. ¿Es cierto? ¿Es eso lo que somos? Observar sin hacer nada puede tener el mismo resultado que participar activamente en la provocación del dolor a alguien. Como por ejemplo las famosas peleas en los colegios y esos amigos que lo graban con el móvil.
Pero este capítulo aporta muchísimo más porque nos ofrece la doble moral que existe en la sociedad y que nunca hemos visto tan cercana, tan realista, tan directa. Brooker nos chilla a la cara, nos pega una bofetada y una puñalada en el estómago porque nos dice que nosotros somos los monstruos. Nosotros somos los observadores, nosotros somos los jueces.
Más de uno verá el episodio y reconocerá en su final una idea. Una idea que muchas veces se le ha pasado por la cabeza, pero Brooker la aniquila con su punto de vista. Porque señores, en esta vida, todo depende del punto de vista.
Siento ser tan enigmática, pero es que el episodio lo requiere.
Mirémosno en el espejo.
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