[Opinión] Cómo me enamoré de la mujer de Ted Mosby

[Opinión] Cómo me enamoré de la mujer de Ted Mosby

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Marina Montes 29 enero, 2014 0

Hemos tardado ocho temporadas -que se dice pronto- en verle la cara. Y en la última teníamos ganas de más. Lo poquito que habíamos visto de ella nos hacía pensar que era una tía enrollada e incluso que era demasiado para Ted. Bueno, los que adoran a Mosby piensan que son tal para cual. Pero no sabíamos nada de su pasado: ¿de dónde había salido esta chica? ¿Cómo llegó su paraguas a la fiesta irlandesa? ¿Por qué se matriculó en la universidad? ¿Cuántos años tiene? ¿A qué dedica el tiempo libre?
El capítulo 200 de Como conocí a vuestra madre nos reveló todos esos secretos en un episodio mítico y lacrimógeno a más no poder. Porque la madre no puede ser más encantadora. Tiene ese puntito friki que la hace ser adorable sin asustar a los hombres y esa empatía que hace que la sientas como tu mejor amiga desde el primer minuto. Y unas frases que te sacan una sonrisa:  “Me regaló un hombre orquesta con platillos en las rodillas. / ¿Te gustan esas cosas? / No, son cosas que necesito“. Y es que ella es perfecta. Tanto que se merece una cabecera propia y todo.

La Sweet Mother es lo mejor que ha tenido esta serie en mucho tiempo. La octava temporada y parte de la novena se nos estaba haciendo tediosa. Muchos seguían fieles a los nuevos capítulos por mera inercia y por sentir que no habían desaprovechado el tiempo dejando una serie a la mitad. Otros se habían desenganchado. Pero este capítulo 200 nos reconcilia con todo lo que nos hayan podido meter de relleno en las últimas temporadas. Así que si alguien duda de la serie, que le dé una oportunidad. Seguro que la adorable madre le saca más de una lagrimita.

Porque es que la chica es perfectamente perfecta. Su aspiración en el mundo es acabar con la pobreza. ¿Se puede ser más buena gente? Pero no en plan “soy Miss Universo y ojalá se acabe el hambre en el mundo”, no. Ella lucha por conseguirlo y por eso decide estudiar Económicas -después de que un ex profesor intente con ella el truco del hombre desnudo-. ¿Recordáis la primera clase de Ted? Pues sí, ella estaba allí. En 20 minutos, la Madre nos ha hecho recordar algunos de los momentos memorables de la serie y nos ha reconciliado con ella. De nuevo repetimos: es perfecta.

Pero no todo es un camino de rosas en la vida de la Madre. Los primeros compases del episodio ya nos sacan la primera lagrimita. Ahí, en plan puñalada trapera estilo Up. Y es que la perfecta y adorable frikoncilla recibe un mazazo que condicionará su vida para siempre. Pero el destino estaba ahí para darle una segunda oportunidad, aunque costase mucho llegar a ella. Y todas las señales iban encaminadas a que encontrase al amor de su vida: desde el paraguas amarillo hasta los pequeños detalles de su piso, juego de caligrafía incluido. Y es que ahora que la conocemos, no nos queda duda de que es tal para cual para Ted. ¡Si hasta iba al McLarens! -eso sí, en el East Side de Nueva York.

Lo único que pedimos ahora a los guionistas es que nos dejen disfrutarla. Y que se castiguen por no haber planeado una temporada entera así. Que se veía venir un capítulo así, tal vez, pero el nivel de dulzura y azucarillos que hemos alcanzado -con gotitas de vinagre, eso sí- hace que nos olvidemos de lo previsible que podría llegar a ser.

Si él descubrió escuchándola cantar La vie en rose que se había enamorado de ella… yo confieso que también.

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