Las hermanas Enid, Hortense, Bettina, Geneviève y Charlie han perdido a sus padres hace poco y viven solas en Villa Hervé, una gran casa al lado del océano.
Su día a día, sus vivencias y sus luchas son las protagonistas de esta pequeña gran novela que se lee en un suspiro. Una cotidianidad hecha de amistades, primeros amores, afectos, desavenencia, cotilleos de clase, fantasmas en la casa y terribles tempestades que agitan los árboles que rodean la Villa. Y que también agitan el mundo interior de las chicas.
En cuanto vi anunciada esta colección en las redes sociales de Blackie Books, supe que quería leerla. Una novela muy juvenil, que comparte alma con Mujercitas (uno de mis clásicos favoritos), pero ambientada en nuestro siglo. Y quizá no he encontrado todas las vibes de Mujercitas que esperaba, pero definitivamente quiero seguir leyendo el resto de los tomos y conociendo mejor a todas las hermanas.
Enid es el primer libro de la serie Cuatro Hermanas de Malika Ferdjoukh. Reconozco que esto me desorientó un poco al principio, porque el título es Cuatro Hermanas, pero en realidad son cinco hermanas. Y hasta que entendí esto (me costó unas cuantas páginas) estuve tratando de averiguar quién era el personaje que sobraba y qué relación tenía con las hermanas, con lo que no entré en la historia desde el principio.
Una vez solventada la confusión, ya sí me dejé envolver por la ambientación y el aura de la historia y empecé a disfrutar mucho de la historia.
La trama principal va siguiendo el día a día de las cinco hermanas Verdelaine, que son huérfanas y viven en un caserón bastante destartalado, cuidando unas de otras. Por supuesto, van al colegio, pasan tiempo con sus amigos, practicando sus hobbies, experimentan los primeros amores, se enfadan, cotillean, guardan secretos, etc. Pero, además de esto, la novela tiene varias subtramas y nos presenta a algunos de los amigos, vecinos y conocidos de las hermanas.
En primer lugar, tenemos la que diría yo que es la subtrama más potente y que además es la protagonizada por Enid, la hermana más pequeña y que pone nombre al libro. En este caso tenemos una historia de misterio con un toque inquietante. Las hermanas, como dije antes, viven en un caserón viejo, con una caldera que no funciona, con suelos que crujen y ahora, desde que una tormenta derribó el gran árbol del jardín, con un ruido que se escucha cada noche y que parece el canto de algún tipo de fantasma. En aquella tormenta, Enid perdió a dos de sus mejores amigos así que, mientras los busca, también investigará de dónde viene el tétrico sonido.
Por otro lado, las hermanas tienen una invitada en casa. Una invitada con la que no todas se llevan demasiado bien y que, de hecho, despertará la inquina de una de ellas, mientras otra esconde un gran secreto.
El estilo de Malika Ferdjoukh es sencillo y ágil. La ambientación del caserón me ha encantado, estoy deseando recorrer más de sus rincones. Y, en cuanto a las protagonistas, es cierto que siento que no las he conocido demasiado, salvo a Enid y a Charlie. Las otras tres hermanas se me han quedado un poco desdibujadas, pero entiendo que la autora irá profundizando más en ellas en cada uno de sus tomos y tengo muchas ganas de seguir conociéndolas.
En general, este primer tomo de Cuatro hermanas ha sido una de esas lecturas tranquilas, sencillas y dulces, que entretienen y te hacen pasar un rato agradable y relajado, en compañía de personajes a los que poco a poco vas tomando cariño.