Historias que sucedieron, suceden, en cualquier lugar y a cualquier mujer. Mujeres anónimas. Mujeres de ayer que sostuvieron todo a su alrededor en un momento tan crucial y desestabilizador como una guerra y su posguerra. Mujeres de hoy que remueven la memoria, escarban en la tierra y recuerdan el pasado para revivirlo o para reinventarlo. Mujeres que se lanzan al futuro para volver a plantar… a plantar más flores.
Aida Villar, Carmen Valverde, Luna Paredes y Carmen Bécares hacen que la vida sin teatro no sea vida y después de ver Flor(es). Cualquier lugar, cualquier mujer, os van a dar ganas de quitaros los tacones y avanzar. Esta obra de teatro es especial, nos veremos reflejadas todas las mujeres del mundo: las hijas, las madres, las abuelas, las tías...las que trabajan, las que no, las que intentan sacar a sus hijos adelante.
Aunque solo sean cuatro mujeres las que suben a escena serán las voces de millones de mujeres con historias que para nuestra desgracia se siguen repitiendo.
Navegando hacia el futuro pero echando la vista atrás a un pasado no tan lejano en Flor(es). Cualquier lugar, cualquier mujer , hay tiempo para la nostalgia, para reír, para llorar, para remover el pasado, para el miedo, para la ira....pero todo tratado con mucha delicadeza, como si la obra de teatro fuese una flor que se abre en muy contadas ocasiones.
Algo en lo que siempre me fijo ya sea en una película o en una obra de teatro es en los pequeños detalles del vestuario, escenografía, luces...
Pues con esta esta obra, los símbolos, las metáforas, incluso las luces del escenario juegan un papel muy importante y principal.
Así como las imágenes que se proyectan detrás de estas actrices tan camaleónicas.
Me ha gustado como van cambiando de época, de ambiente, de personaje...la transición se realiza de forma natural, de manera muy original como es el texto de la obra.
Son tantas verdades las que nos cuentan estas cuatro actrices en los diálogos que te dan ganas de levantarte y aplaudir para cosa que dicen.
Flor(es). Cualquier lugar, cualquier mujer , es un texto sincero, directo, sin dobleces, como un golpe en el estomago, pero aún así, aunque a veces te estremeces por la sinceridad que destila por los cuatro costados, te seduce lentamente.
Si podéis no la dejéis escapar porque se necesitan más obras de teatro como esta.