Esta es una de esas reseñas un poco complicadas de hacer. Porque, aunque tengo muy claro lo que me ha hecho sentir este libro, no estoy segura de ser capaz de explicarlo bien. Porque es un libro raro. De esos que cuando lo acabas te deja una sensación extraña y hasta que no pasan un par de días no sabes muy bien qué ha sucedido mientras lo leías.
La trama se centra en Olivia, una niña que ha vivido toda su vida en un orfanato. El único recuerdo que conserva de antes es un viejo diario de su madre. Olivia no habla y sus compañeras nunca han mostrado interés por aprender a signar, por lo que ella se siento todavía más sola, más extraña, más desdichada... y se refugia entre las páginas de ese diario que se sabe de memoria.
Hasta que un día recibe una carta de su tío, donde le dice que lleva años buscándola y que estará encantado de recibirla en Gallant, la casa familiar y lugar al que de verdad pertenece. A pesar de una pequeñita señal de advertencia que se le enciende dentro, Olivia no lo duda y se marcha, con la esperanza de reunirse por fin con su familia y descubrir quién es ella en realidad. De pertenecer a alguien y a algún lugar.
Lo que pasa es que, cuando llega, no hay nadie esperándola. La casa está un poquito en ruinas y su primo insiste en que lo mejor que puede hacer es marcharse cuanto antes.
¡Ah! También hay fantasmas por allí. Pero eso es algo que Olivia ya tenía en el orfanato, así que no le preocupan en absoluto.
Así que la niña se niega a marcharse. No puede marcharse. No ahora que ha encontrado el lugar al que pertenece. No ahora que ha conocido a su familia, aunque no reciba el cariño que esperaba. Y no ahora que está a punto de descifrar el secreto de los Prior, su relación con Gallant y el enigmático muro ruinoso que se afanan por mantener de pie.
La trama de Gallant avanza lentamente y es bastante sencilla. Nos encontramos con una familia que esconde un secreto y con un portal que conduce a un mundo paralelo un poco terrorífico. Sin embargo, yo diría que el peso de la narración y de la historia en sí se encuentra en los personajes. Para mí ellos son el punto fuerte de la novela; y no solo Olivia, sino todos los principales, incluidos los que solo aparecen por alusiones.
Indudablemente, Olivia es un personaje complejo. Es decidida, obstinada, inteligente y sensible, pero hay mucho más que ni siquiera ella sabe al principio. A medida que avanza el libro, Olivia se va descubriendo a ella misma, a su entorno y a los secretos que forman parte de la familia Prior. Nosotros, como lectores, la vamos acompañando en el proceso, que es pausado y confuso, pero que al final termina encajando.
Junto a ella aparece el misterio de sus padres, claro, al que accedemos en un primer momento a través del diario.
Pero también tenemos a Matthew, su primo. A Hannah y a Egdar, los trabajadores de Gallant, que ya son parte de la familia Prior. Y por supuesto a los habitantes del otro Gallant.
Cada uno de ellos guarda sus propios secretos, los vemos dudar, darle vueltas a sus motivos para permanecer en la casa, el peso que todos cargan sobre sus hombros, sus miedos, sus fortalezas... Ya digo que, para mí, los personajes están muy bien construidos y son la parte que más me ha gustado del libro.
Me cuesta etiquetar Gallant. Todavía no sé decir si es una novela escrita pensando en un público adulto o juvenil. Pero, mira, en realidad ¿qué más da eso?
Gallant es una novela de suspense paranormal (no llegaría a llamarle terror), con una trama de intriga que se cuece a fuego lento, con unos personajes complejos, un mundo paralelo, fantasmas y una ambientación oscura que crea un aura lóbrega que atrapa al lector.
La edición de Umbriel es muy bonita, pues, además del texto normal, incluye los fragmentos del diario, tanto los textos manuscritos, como los dibujos.
Este ha sido mi primer contacto con la escritura de V.E. Schwab. Tenía muchísimas ganas de leer algo suyo y quizá han sido esas expectativas por las nubes las que me han hecho quedarme un poco "con hambre" al acabar de leer; reconozco que me esperaba un poquito más.
No obstante, Gallant ha sido una lectura que me ha gustado, que me mantuvo enganchada y picada porque quería que Olivia encontrase las respuestas sobre qué era lo que escondía y que me hizo disfrutar por su ambientación oscura.
Y, por supuesto, seguiré leyendo a la autora.