En 1933, un matrimonio dice ver a una enorme criatura emergiendo del lago Ness. Casi cien años después, Laura Fernández navega por sus verdosas aguas tras las huellas de Nessie o lo que queda de su leyenda. Su viaje es una incursión en la popular historia y una reflexión acerca del acto de imaginar, creer y crear realidad, y de lo monstruoso y lo esquivo como llaves que abren compuertas hacia los muchos mundos que componen el que habitamos.
Cuando fui a Edimburgo hace seis años, alquilamos un coche para acercarnos hasta el Loch Ness y hacer el crucero que te lleva al castillo de Urquhart. Lo primero que me sorprendió al llegar fueron las aguas tan negras y las tierras alrededor, de un tono morado oscuro que sobrecogía. Pero, aparte de eso, yo fui de las que se subió al barco creyendo en Nessie. Me encantó escuchar todo lo que el guía nos fue contando durante el crucero y no pude quitar los ojos del agua ni un instante.
Os explico esto para que tengáis en cuenta cómo soy y cómo eso ha podido influir en la lectura que he hecho de este librito. Porque creo que cada lector puede encontrar algo diferente entre sus páginas, en función de la visión que tenga del mundo. Lo que segurísimo que todo el que se sumerja en el texto de Laura Fernández va a encontrar es una lectura divertida a la par que interesante. Creo que es un libro de esos que resulta placentero de leer, independientemente de la opinión que tengas acerca de lo que se te está contando.
Hay un monstruo en el lago nos ofrece un viaje a lo largo de la historia de la leyenda del monstruo del lago Ness. Desde el primer avistamiento hasta la excursión que la autora realizó por las calles de Inverness y el propio lago hace apenas unos años. Entre los dos sucesos, un montón de avistamientos, hallazgos, personajes de todo tipo, proposiciones de legislación, ofertas de recompensas, prensa, mentiras, relatos y muchas versiones sobre lo que se esconde en el fondo del lago.
Al mismo tiempo que nos va narrando todos estos episodios históricos, la autora nos invita a reflexionar acerca de la imaginación, del acto de creer en algo que a priori es imposible, de la manera en que la mayoría de los seres humanos se enfrentan ante lo que no se puede explicar, de cómo los que no creen en este tipo de cosas "irreales" suelen tratar a los que han decidido sí hacerlo o simplemente disfrutar del poder que tiene la imaginación sin hacer daño a nadie. Es un librito pequeño, de poco más de cien páginas, y aun así lo he dejado llenito de post-it que marcan frases o párrafos que me gustaría poder enmarcar.
El estilo de Laura Fernández también me ha encantado. ¡Muchísimo! Aunque sigue un orden más o menos cronológico, va intercalando anécdotas, apuntes, añadidos... que no solo consiguen que resulte una lectura divertidísima, sino que le aporta tal naturalidad al tono que parece que te lo está contando una amiga; y no una amiga cualquiera, sino esa amiga que se apasiona tanto por lo que te está explicando que empieza a desviarse, a hacer giros inesperados que te hacen sospechar que se le ha olvidado lo que estaba contando, pero que cuando termina su relato te ha dejado incluso con ganas de saber más y más. Podrías escucharla divagar eternamente sobre el tema.
Hay un monstruo en el lago ha sido una lectura que me ha fascinado por absolutamente todo lo que he encontrado en ella: el tema que trata, el modo en el que lo aborda y el estilo de la autora. Ha sido un gran descubrimiento y ahora quiero leer alguna novela de Laura para probar también sus letras en ficción. ¡Leedlo!
Opinión de Inés Díaz Arriero