Los inquilinos de un céntrico edificio berlinés, ya sometidos a una gran tensión por los manejos de la inmobiliaria que posee el edificio, se encuentran una mañana, sin explicación ninguna, encerrados y rodeados por la policía. Nadie puede entrar ni salir.
Sin información, los residentes empiezan a especular. Primero, suponen que puede haber una bomba colocada en la puerta de entrada. Luego se difunde el rumor de que un criminal se esconde en el patio.
El miedo se convierte en inseguridad y a su vez en agresión. Los prejuicios provocan la polarización. Viejos conflictos vuelven a salir a la luz y los residentes empiezan a denunciarse unos a otros. En esta situación de peligro existencial, pierden su máscara de decencia humana. Empiezan a mostrar sus verdaderas caras y cada uno persigue sus propios intereses en este juego de poder y capitalismo.
-ESTRENO EL 17 DE MAYO-La caja de cristal de Asli Özge es una película tan hipnótica como claustrofóbica. Empieza de una forma taimada y llena de conversaciones que no parecen importantes y son mundanas (los cubos de la basura), pero entre esos diálogos se dejan entrever demasiadas cosas.
Es una producción inteligente en la que un patio vecinal se convertirá en un lugar de reuniones y conversaciones, pero las casas de los vecinos serán esas cárceles de oro en las que tendrán que tomar decisiones trascendentales, en donde veremos las verdaderas caras de cada uno de ellos...
Las ventanas de esta peculiar comunidad serán esos testigos mudos de la forma en la que unos y otros se observan en la oscuridad, a escondidas y en silencio.
Me ha recordado en pequeños matices a Snowpiercer de Bong Joon-ho. Es como si Asli Özge hubiese creado esos vagones de tren en un edificio y que cada piso sea un lugar diferente al resto, un mundo distinto.
La multiculturalidad está presente en la película, pero también muchos detalles que hacen que veas esta producción y sientas que en la caja de cristal aparece todo lo que parece estar mal con el mundo.
Además, los pequeños detalles en el último piso de esta casa y en los cimientos de la misma son guiños a la forma de hacia donde nos dirigimos o como esta la sociedad (para nuestra desgracia).
Es increíble la forma en la que un coche puede cambiar el rumbo de unos personajes. La caja de cristal es una metáfora del mundo. Esta cruda película hará que se os pongan los pelos de punta en determinadas ocasiones y es que hay instantes en los que el corazón se te para, ya que no sabes hacía qué lugar nos va a llevar, pero sobre todo, desconocemos si hay vuelta atrás.
El guion es redondo en todos los aspectos, pero lo que más destacaría es cuando juega con las emociones humanas y hace que exploten.
Creo que no conocemos nuestro límite y cuando nos llevan al extremo nos volvemos animales y es que me ha dejado sin palabras en muchos instantes por la forma en la que en un segundo una persona cambia y ¡Boom!.
Tras la pandemia pensamos que íbamos a salir mejores, pero cuando ves filmes como este... Salimos peores y salimos más egoístas y peores personas.
La luz y la oscuridad se dan la mano en un equilibrio perfecto y armonioso en la caja de cristal, pues
los vecinos en vez de apoyarse, escucharse y ante el suceso desencadenante unirse, todo es un ir y venir constante, que al espectador, le va a apasionar.
Algo que me ha llamado la atención y no sé si está hecho a propósito es que comienza en la oscuridad y termina con esa misma oscuridad, pero con distinta mirada.
Hablando de las miradas ¡Wow! El trabajo actoral de Luise Heyer y Christian Berkel me ha enamorado. Han sido capaz de hablar con los ojos y hacerlo transmitiendo muchas cosas y es complicado de hacer.
Los demás personajes son de hacerse preguntas, de cotorrear, de ir, etc.
Ellos lo hacen, pero si las miradas matasen. Además, parece que son secundarios y de repente toman la iniciativa, alzan la voz y nos dejan perplejos.
Creo que hace siglos que no me encontraba con un final tan loco, genial y fascinante.
La caja de cristal no va a dejar indiferente a nadie y os va a encantar. Hacía tiempo que no me acercaba a un cine tan social, tan sólido y con una narración exquisita.