Athenea ha perdido a sus padres y, por increíble que resulte, ahora su única familia dispuesta a ayudarla es su pérfida abuela Cornelia von Hammerstein. Por suerte, también cuenta con el apoyo de su amigo y compañero Mehdi. ¿O se ha convertido en algo más que un amigo? Pero no es momento para romances. El Alquimista domina ya tres de los cuatro elementos y hay que impedir que se haga con la Esencia de la Tierra. No hay más remedio que convocar a... la Hermandad del Ataúd.
[PUEDE CONTENER SPOILERS DE LOS TOMOS ANTERIORES DE LA SAGA]
La Hermandad del Ataúd es el cuarto tomo de la saga Athenea y los elementos de Jesús Cañadas.
Por influencia de su maquiavélica abuela, Thea y Mehdi han podido regresar al colegio. Pero no han sido las únicas incorporaciones recientes al Collegium Friedricianum. Un nuevo profesor y una molesta nueva alumna complicarán las cosas para los dos protagonistas, dando el pistoletazo de salida a una desenfrenada competición por conseguir las tres prendas que los harán merecedores de convertirse en guardianes de la Esencia de la Tierra, el último elemento que queda a salvo del Alquimista.
La trama principal de este cuarto libro se centra en una especie de "torneo de búsqueda del tesoro" en el que los participantes tendrán que descifrar tres pistas que los conducirán hasta los tres objetos que tienen que reunir para conseguir el gran premio final.
Mientras tanto, los protagonistas se verán obligados a lidiar con sentimientos desconocidos hasta el momento y se irán percatando de que, a veces, las personas y las cosas no son lo que parecían a primera vista.
La Hermandad del Ataúd es una novela de fantasía juvenil, llena de intriga, acción, secretos y giros inesperados, con unos personajes que, por si no tuvieran suficiente con controlar su poder y tratar de salvar el mundo, además tienen que enfrentarse a algunos problemas propios de cualquier persona de su edad, que los vuelve humanos y vulnerables.
El ritmo de la narración es muy ágil, porque están pasando cosas todo el rato, y la estructura de los capítulos, divididos en partes más pequeñas, ayudan a que la lectura sea todavía más ligera.
Además, toda la parte final es muy impactante y, desde luego, deja con una necesidad real de leer el siguiente tomo.