Revista Cultura y Ocio

Opinión de la serie “Russian Doll”

Publicado el 28 febrero 2019 por David David J. Skinner @davidjskinner74

Para Nadia, la fiesta de su trigésimo sexto cumpleaños no hubiera sido muy especial. Sin embargo, cuando al día siguiente un accidente parece acabar con su vida, Nadie se encuentra de nuevo reviviendo la misma fiesta.

Opinión de la serie “Russian Doll”

¿Un argumento conocido? Sí, esta premisa ha sido usada en diversas ocasiones, tanto en películas como en series: la repetición del mismo día. Comparar Russian Doll con la famosa comedia de Bill Murray, Atrapado en el tiempo ( Groundhog Day), o con la poco exitosa serie Day Break (que si no me equivoco se tradujo también como Atrapado en el tiempo...) sería un error, más allá de explicar con sencillez cómo comienza esta historia. Porque Russian Doll tiene ese planteamiento de base, sí, pero cuenta con varias diferencias respecto a los ejemplos anteriores. Si tuviera que comparar esta comedia ácida, aunque angustiosa en ocasiones, con otra serie, creo que podría hacerlo más con Tru Calling (que, por cierto, me pareció una fantástica serie que se canceló justo cuando se estaba poniendo mucho más interesante).

Dejo de comparar y me pongo a hablar ya de la serie.

Durante los poco más de veinte minutos de cada capítulo, Nadia no solo tratará de descubrir el origen de lo que le está sucediendo, sino que también procura rectificar errores (tanto anteriores a lo que le está sucediendo como eventos que descubre durante su debacle) e incluso salvar alguna que otra vida. A lo largo de sus peripecias, descubrirá que suceden cosas aún más extrañas que su propio "viaje al pasado", porque a pesar de que aparentemente el día se repite una y otra vez, quizá no todo ocurra siempre de la misma forma.

En fin, como no quiero contar de más, máxime considerando que la serie consta de ocho capítulos de menos de media hora, creo que en lo poco que he puesto hay suficientes datos para que sepáis si os puede interesar o no verla, según vuestros gustos. Yo, por mi parte, no me quejo de mi decisión.


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