Los caminos de Federico es un espectáculo unipersonal con textos poéticos y teatrales de Federico García Lorca. El espectáculo, con dramaturgia de Lluis Pasqual, propone un viaje de 65 minutos hacia las profundidades del deseo y del amor, del arte y la lucha vital por la supervivencia. Habla del amor en el sentido más profundo. El amor humano, de la solidaridad, de mirarse a los ojos, de tener en cuenta al otro. Porque una parte de uno adolece cuando el otro sufre. Por eso este trabajo cree en el encuentro y en la luminosidad de la humanidad, a pesar de todo. Flor Saraví transita el camino que propone Lorca haciendo suyo el discurso, la vehemencia, la poesía y el ansia de comunicar, “esa necesidad de abrir el pecho y dejar que mane la palabra…” Samuel Blanco dirige este trabajo y consigue que Federico nos hable, de nuevo, hoy.
En el teatro Puerta Estrecha y hasta el 25 de febrero los domingos a la 13:30. Entramos en la sala y nos encontramos con Flor Saraví. Su voz melódica y dulce nos recibe dirigiéndose al publico en un primer instante para luego sumergirse en el mundo de Lorca. Me encantó como se va intercalando la poesía con el teatro puramente "Lorquiano" con una escenografía cuidada hasta el más mínimo detalle, utilizando recursos de lo más peculiares y maravillosos, es como si Federico se apoderase del espectáculo e utilizase todos los recursos que tuviese en su mano y toda la imaginación que poseía para dar forma a esos caminos que nos tienen que llevar a él.
Este espectáculo es toda una montaña rusa de sentimientos, de intensidad y exquisitez. Una obra de teatro intima con Flor llevando todo el peso de la misma. Estando viendo los caminos de Federico he viajado de la mano de este poeta todo el rato, es como si Federico se apoderase de Flor. Con una interpretación deliciosa en algunos instantes y desgarradora en otros esta artistaza es capaz de hacernos estremecernos de pies a cabeza. Los caminos de Federico es el lugar perfecto para descubrir a Lorca y pasar una velada emocionante y con los sentimientos a flor de piel.
Una vez más tengo que decir que me enamoré de la sencilla pero sensible y sutil puesta en escena, es algo muy especial. Si Lorca viviese estoy segura que le encantaría lo atractiva que una poesía suya puede ser de la mano de Flor. Se me hizo corto el espectáculo, es que desde el segundo uno te metes de lleno, estás atenta y quieres saber por donde irá... Me alegro de haber ido y haber descubierto esta inmensa obra de teatro.