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Opinión de Los secretos de Heap House de Edward Carey

Por Miss_cultura @miss_cultura
Opinión de Los secretos de Heap House de Edward Carey
Durante generaciones han permanecido en Heap House, su laberíntica mansión, donde las jerarquías y los matrimonios vienen impuestos. En las plantas superiores vive la familia; en las inferiores, el servicio. Rodean la mansión los Cúmulos: montones de basura proveniente de todo Londres que se extienden hasta donde alcanza la vista. Todos los miembros de la familia perpetúan una tradición: la de vivir liados a un Objeto de Nacimiento. Pero la llegada de Lucy Pennant, nueva sirvienta de la mansión, lo cambiará todo. Y los secretos de la familia Iremonger están a punto de saltar por los aires para siempre. Los Iremonger son una familia peculiar.

Situada en un Londres victoriano un tanto particular, inundado de desperdicios, la trilogía Iremonger de Edward Carey nos presenta a una familia muy peculiar, que esconde un tenebroso secreto.

En este primer tomo, viajamos hasta Heap House, la mansión en la que habitan los Iremonger, una familia con muchísimos miembros, vinculados por un conjunto de férreas y extravagantes costumbres.

La mansión está construida a base de piezas que anteriormente formaron parte de otros lugares. Por ello, es una casa desigual, inestable, laberíntica, llena de recovecos, escaleras, pasillos irregulares e incluso buena parte de ella oculta bajo tierra. Además, está situada en los Cúmulos, una especie de vertedero gigantesco donde van a parar todos los desperdicios de Londres y que suponen la base del imperio Iremonger y su gran orgullo. Pero también una terrible amenaza para ellos.

Desde luego, uno de los muchos puntos fuertes que tiene este libro es su ambientación. Pasear por los rincones de Heap House, asomarme al exterior, ir descubriendo los detalles de cada una de sus habitaciones, de los objetos que llenan sus armarios, sus vitrinas... Y todo oscuro, malogrado, roñoso y enfermizo que, gracias también al estilo del autor, me envolvió hasta hacerme sentir que estaba allí mismo, en medio de esa atmósfera asfixiante y tétrica.

La familia Iremonger, aparte de otras muchas reglas y tradiciones que se van descubriendo a lo largo del libro, se sustenta en la relación de dependencia que han desarrollado con los objetos que los rodean. Cada miembro de la familia, al llegar al mundo, recibe un Objeto de Nacimiento, del que no debe separarse jamás. Con algunos es fácil, pues son cosas cómodas de transportar, como el tapón universal de Clod. Pero otras son tan limitantes como una pesada repisa de mármol para la chimenea. Asimismo, los sirvientes también reciben su Objeto cuando entran a trabajar en la mansión, solo que ellos no pueden verlo más que una vez a la semana.

La trama de esta primera novela se centra en enseñarnos la casa, presentarnos a muchos de los miembros de la familia Iremonger y explicarnos la historia de cómo llegaron a crear su imperio en torno a los desperdicios. Y es que en la superficie no son más que otra de esas familias de clase alta típicas del Londres de la época, con su mansión, toda la familia ocupando la parte alta, los sirvientes trabajando en los sótanos y el orgullo del apellido en boca de todos.

¡Pero también descubriremos sus secretos más oscuros! Y viviremos con ellos la amenaza de una tormenta que aparentemente podría destruirlo todo.

La inquietante narración se reparte entre Clod Iremonger, un adolescente al que todos consideran débil y raro, que posee un don (o una maldición, según se mire) que le diferencia del resto de sus parientes; y Lucy Pennant, la nueva sirvienta que acaba de llegar a Heap House después de perder a sus padres víctimas de la Enfermedad de los Cúmulos y que pondrá patas arriba el orden Iremonger cuando se niegue a renunciar a su nombre.

Además, en ciertos puntos, aparecen algunos capítulos más breves en los que se reproducen algunos documentos pertenecientes a la familia.

Y, por cierto, cada capítulo está precedido por el retrato en blanco y negro de uno de los personajes, dibujado por el propio autor.

Tantos los dos narradores como el resto del elenco de personajes son de lo más excéntrico que te puedes imaginar. Me ha fascinado que, a pesar de ser tantos, cada uno tiene sus características, sus individualidades, su propias pequeñas subtramas, que los hacen únicos dentro del entramado familiar.

Quiero destacar también el trabajo de traducción de Lucía Barahona, pues no ha debido de ser fácil encontrar las palabras para mantenerse fiel al estilo tan peculiar de Edward Carey y trasladar al castellano todas las chifladuras que inundan la mansión de los Iremonger.

Y, como siempre, la edición de Blackie Books, impecable.

Si te gustan la narrativa gótica, la época victoriana, el misterio, los escenarios sombríos, la fantasía urbana y los personajes extravagantes, no puedes perderte la trilogía Iremonger.

Antes de empezarla, ya sospechaba que me iba a gustar mucho, pues el estilo de Edward Carey ya me cautivó cuando leí

¡Y así fue! ¡Me ha encantado!

Los secretos de Heap House ha sido una lectura maravillosa, que me ha dado un montón de los ingredientes que más me gustan. La he disfrutado, me ha enganchado y me ha hecho sentirme como si me hubiera trasladado al interior de un cuento de hadas oscuro y tétrico. ¡Perfecto para la Spooky Season, además! Ya estoy deseando leer la segunda parte.

- Opinión de Inés Díaz Arriero -


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