Revista Cultura y Ocio

Opinión de Maravillosa familia de Tokio de Yôji Yamada

Por Miss_cultura @miss_cultura
10 abr. 2017 Opinión de Maravillosa familia de Tokio de Yôji Yamada
Los tres hijos de una pareja que se acerca a su 50 aniversario de boda entran en shock cuando su madre pide el divorcio. 
-ESTRENO 5 DE MAYO-
Maravillosa familia de Tokio, es una película llena de luz, de sabores, de texturas, de malos entendidos, de costumbres japonesas sin llegar a agobiar con este tema, pero sobre todo es una película acerca de la familia, de errores, de dudas, de pequeñas pero grandes locuras que la hace entrañable. Porque todos los miembros de esta atípica familia, con sus más y con sus menos son un claro ejemplo de que en todas las familias siempre cuecen habas y que quitando por algunas costumbres y cosas distintas a España, los problemas de amor, entre hermanos....son en todo el mundo iguales. Es divertido ver las diferentes reacciones por la noticia de "un divorcio", también llama la atención ver como todos viven bajo el mismo techo, lo que opinan unos de otros a escondidas y realmente es muy llamativo quien es el nexo de unión entre todos. Como en casi toda producción japonesa, la comida o los alimentos que aparecen en ella, no solo están ahí, como un simple adorno o para que nos entre hambre, lo segundo puede ser, pero sinceramente, a su vez los japoneses nos quieren acercar a su gastronomía, entre otras muchas cosas que seguramente hayan pasado desapercibidas para la mayoría de nosotros. En maravillosa familia de Tokio, podemos ver y/o conocer el papel de la mujer en la casa y a todos los sentidos, no solo de la matriarca, también del resto de mujeres, aunque a veces, sea el hombre quien lleve los pantalones, o sea el que dirige todo, en pleno siglo XXI vemos como la mujer, quiere divorciarse, y es un acontecimiento fuera de lugar o algo que no se espera nadie. Entre mal entendidos, detectives , reuniones familiares y "corre, ve y dile" transcurre esta tierna producción japonesa, que es idónea para todo el mundo. Aunque nos separen miles de kilómetros, en ciertos aspectos, nos parecemos mucho.

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