Opinión de o movimento das coisas de manuela serra

Una jornada laboral protagonizada por tres familias en Lanheses, un pueblo situado en el Alto Miño, al norte de Portugal. La directora Manuela Serra nos descubre con fascinación los pequeños gestos del trabajo rural, de la relación campesina con la comida, los animales y las plantas. Presenciamos como se mezcla la harina con el agua, la manera como se reparte el pan en la mesa del desayuno, la forma como se coge una taza de barro. La propuesta fílmica adopta una forma mestiza, nutriéndose de recursos de la ficción, la recreación o la documentación antropológica. La cámara se mueve performativamente a través de zooms y movimientos que revelan la mirada curiosa de la directora detrás del visor y plantea la siguiente cuestión: ¿desde dónde miramos y qué buscamos en el mundo rural?

O movimento das coisas de Manuela Serra es una película que he descubierto gracias a MOSTRA FILMS DONES. Gracias a este festival pude entrevistar a su directora y conocer mucho más de esta película.

Lo primero que llama la atención de O movimento das coisas es la narración o la forma de contar la historia y lo segundo el tono.

Es una película intimista de eso no cabe duda, pero los silencios cuentan más cosas que las palabras y es mágico ver eso en el cine, ya que muchas veces los diálogos o las conversaciones para rellenar arruinan una producción, pero no es el caso.

Manuela Serra tiene un ojo mágico y sabe que detalles capturar, plasmar y mostrar en O movimento das coisas.

Ver la vida de esta aldea del norte de Portugal y ser una testigo privilegiada de la forma en la que funcionaban las cosas en los años 70 y 80 ha sido impactante y he sentido nostalgia de esos tiempos en los que no existían grandes lujos o tecnología.

No es una película costumbrista, pero somos testigos de la cotidianidad de los quehaceres de la casa, de la iglesia e incluso de las fiestas.

En muchas otras películas estaríamos pendientes de los efectos visuales o especiales, pero gracias a Manuela Serra saboreamos con placer cada nimio detalle, cada mirada, cada instante. Extrañaba ver este tipo de cine y es que en O movimento das coisas, lo que es el tiempo se para y es una pasada.

En algunos instantes pensé que era un documental y en otros me imagine una de esas películas en las que es ficción, mezcla con realidad, mezcla con...

Tiene un tono melancólico y gris en algunos momentos, pero luminosos en otros. Una película para ver desde diferentes prismas.

Esta directora es asombrosa a la hora incluso de enseñar imágenes del río, imágenes de las casas, pero en la noche o de enseñar cosas de lo más normal.

Es una fábula que me ha encantado conocer y poder sumergirme entre sus diferentes texturas, personajes, miradas, etc.