24-4-2, "veinticuatro para dos", es una app de citas especializada en conectar de manera anónima dos personas con intereses comunes, durante veinticuatro horas. Existe un amplio rango de opciones, desde encuentros amistosos para comer, cenar, conversar sobre un libro, ir a una exposición, al cine o a un concierto... hasta llegar a la más popular: fantasías sexuales.
Wanda Jackson tiene diecisiete años, nunca ha besado a nadie y está harta de ver cómo sus amigas ligan con chicos fácilmente. A punto de empezar el último curso en el instituto Shermer Hughes, se instala la app para adultos, 24-4-2, con un carnet falso y abre un perfil como 1D, Wandy.
Dylan Wright tiene veintiocho años y se ha mudado a Witterville recientemente. Antes de convertirse en uno de los nuevos profesores del instituto público Shermer Hughes, en el último fin de semana de las vacaciones de verano, su app de citas favorita le avisa de que una mujer de veintitrés años, 1D, acaba de marcar una de sus fantasías.
Dylan ha utilizado la app muchas veces, ha jugado a ser el hermanastro que se lía con su hermanastra, el repartidor de pizzas que cobra en especias, el cura que nunca ha pecado, el autoestopista bien dotado y hasta el fantasma salido de la curva... pero nunca habría pensado que la fantasía más sencilla de todas, un "beso de sirena", pudiese llegar a complicarle tanto la vida.
Solo es un beso bajo el agua, ¡¿cómo puede terminar así un beso?!
Es la primera vez que leo a Laila Aramunt y no será la última. Hace mucho tiempo que no leía dos novelas de una misma serie en menos de una semana y es que esta autora tiene algo que engancha, pero no sabía deciros lo que es.
Quizás sean los capítulos cortos, las dos voces de Dylan y Wanda en sintonía o que necesitaba leer una novela de alto voltaje, pero con descripciones y pensamientos directos, pero sin llegar a ser algo desagradable o algo que te haga pasar de página, ya que quieres saber lo que ocurre con Wanda y Dylan.
Es decir: ellos se conocen fortuitamente, pero el lector o lectora les irá conociendo según Wanda escriba y Dylan también o ellos nos desvelen lo que sienten, piensan, etc.
Siento que en muchas novelas románticas eróticas caen en las cosas banales, caen en sota, caballo y rey, pero no innovan y aquí Laila tanto en un beso para Wanda como en Wandyland Road ha querido reinventar o volver a poner de moda este tipo de novelas y de géneros que en muchos casos me cansaron, abandoné en la tercera página o no captaron mi atención como lo han hecho Wanda y Dylan.
Las descripciones, posturas y la narración que hace Laila Aramunt de las escenas de sexo son hipnóticas, maravillosamente descritas y ¡me las creo! además que siempre pensaba ¿qué pasará ahora? ¿se van a proponer algo más?
El primer libro es más introductorio, pero en cuanto a conocer a Wanda y Dylan, si que llegamos a conocer a Wanda, pero Dylan es un poco misterioso.
La autora ha querido dar más importancia a Wanda que a Dylan por diversos motivos, también a las amigas de nuestra protagonista y aunque esta tiene una hermana, como que ¡por fin! Wanda tiene que brillar y no ser la secundona.
Creo que la historia para Wanda empezó como un reto, como un ¡vamos a ver! y Dylan ¡uff! es un libro a medio escribir, ya que ha vivido mucho, pero en el fondo de su corazón no ha vivido demasiado en lo que la palabra amor se refiere.
El primer libro me gustó mucho, ya que fue un poco amor furtivo y de verano y el segundo me ha enganchado de mala manera.
Ya sabéis que odio los spoilers, así que solamente os contaré tres pinceladas de la segunda parte. Creo que fue más intensa que la primera parte, fue un paso más hacia la madurez de Wanda y la locura de Dylan, pero también fue necesaria para poner casi todas las cartas sobre la mesa o todas, depende del momento.
Los capítulos cortos han hecho mis maravillas, tal y como os dije y es que terminas uno y te mueres por seguir.
Me ha gustado otra cosa y es que la autora nos ha deleitado con comida en los dos libros y hemos conocidos lugares que te darán hambre, somos testigos de las clases y del instituto y del fin de semana, pero apenas conocemos a los padres de Wanda, solamente por dos momentos y eso me ha dejado un poco descolocada, creo que es el único "pero" de los dos libros.
La hermana siempre esta presente, pero apenas se interesa por Wanda y viceversa, quizás ha querido dejarla a la sombra, aunque Wanda la tiene presente siempre.
Con el final del segundo la incertidumbre o las sombras planean en muchos frentes y ese final tan atípico, tan cerrado, pero tan abierto con algunos personajes me ha gustado.
¡Ganas de leer la tercera parte!
¡Se me olvidaba! Felicidades a la autora por hacer personajes imperfectos y hacerlos con miedos, con sombras y con tartamudeos...