En todas las historias hay un HÉROE.
En todas las historias hay un VILLANO.
En todas las historias hay un MISTERIO.
WINK es la chica rara y enigmática del vecindario. La chica que lee demasiado.
POPPY es la rubia, arrogante y manipuladora que consigue todo lo que se propone. La chica que se quiere demasiado.
MIDNIGHT es el chico dulce y sensible que duda demasiado. Está atrapado entre las dos.
Veamos... creo que lo primero que tengo que advertir es que Wink, Poppy, Midnight es un libro raro, raro, raro. Me parece imposible que alguien sea capaz de quedarse indiferente tras haberlo leído, así que supongo que se trata de uno de esos libros que o te gusta mucho o lo detestas completamente.
Me encuentro en el primer grupo, porque me encantan los libros raros, con ambientaciones siniestras, en los que voy totalmente desorientada hasta que de repente todo encaja.
Cuando la abrí, me encontré con una novela que pasa del blanco más cegador, presentando en un principio una trama típica romántica juvenil (chico dulce enamoradísimo de chica mala que hace con él lo que quiere y cuya relación tóxica se transforma más tarde en un triángulo amoroso), para después empezar a llenarse de niebla hasta convertirse en algo oscuro y perturbador que me fue atrapando hasta que ya no tenía ni idea de lo que estaba leyendo, pero aun así no podía dejarlo porque necesitaba respuestas.
La trama comienza cuando Midnight se muda de casa con su padre. El chico, que en realidad es consciente del daño que le hace estar tan pillado por Poppy, confía en que la distancia que hay ahora entre los dos sea suficiente para, por fin, olvidarse de ella. Justo frente a su nueva casa está la granja donde vive Wink, que se convertirá en su nueva amiga, aliada y quizá algo más. Juntos, trazarán un plan para vengarse de una vez por todas las maldades que Poppy y sus secuaces han hecho a lo largo de sus vidas. Un plan que incluye una casa abandonada en el bosque, unos espíritus rencorosos, cartas de tarot y ciertos miedos muy arraigados. Es imposible que algo salga mal. O no.
La novela está narrada por los tres protagonistas, que se van alternando capítulos bastante breves para ir soltando pinceladas de lo que está pasando según su punto de vista, dejando así piezas para que mientras leemos vayamos construyendo el puzle de la trama.O intentándolo, al menos. Porque no nos lo ponen nada fácil.
Sí que es cierto que, en algunos momentos, me recordó un poco a otros libros que había leído antes, pero lo que marca la diferencia en este caso es que April Genevieve Tucholke ha creado unos personajes con perfiles muy complicados. Incluso los secundarios son bastante interesantes. Gracias a esto y a que a primera vista los tres protas parecen estereotipos con patas, como narradores no son del todo fiables y acaban liando al lector de modo que llega un momento en el que ya no sabes quién narices está moviendo los hilos y manejando a los demás.
Wink, Poppy, Midnight ha sido una lectura turbulenta que me ha trasladado a un lugar un tanto tenebroso en el que se entremezclan las verdades, las mentiras, la realidad, la fantasía, los secretos y los miedos de un modo tan intrincado que no existe una frontera definida que separe una cosa de la otra. Si te gustan ese tipo de libros, no te lo pierdas.