Pauline, Posy y Petrova Fossil son tres huérfanas que, adoptadas por un benefactor misterioso, conviven en una gran casona de Londres. Son algo así como hermanas, pero no podrían ser más diferentes: Pauline es rubia, de ojos azules, y adora el teatro. Posy tiene una frondosa melena pelirroja, y si algo le apasiona es bailar y cantar. Y Petrova es pálida y delgaducha, solo piensa en aviones y en la mecánica que los hace volar, y detesta por encima de todas las cosas tener que subirse a un escenario. Cuando los problemas económicos aparecen en el horizonte de las hermanas Fossil, no les queda otra que unirse para encontrar una solución. Y la solución, al parecer, no solo pasa por alquilar habitaciones de su casa, sino también por convertirse en la nueva sensación del mundillo del teatro.
No saben por dónde empezar, y desde luego tienen un poco de miedo. Pero si algo caracteriza a las hermanas Fossil es que son más listas que el hambre. Y que están dispuestas a sacar adelante a su peculiar familia cueste lo que cueste.
*Traducción de Julia Viejo.
Publicado por primera vez en 1936, Zapatillas de Ballet (Ballet Shoes) de Noel Streatfeild es un clásico de la literatura infantil y juvenil inglesa. Yo ya lo había leído en versión original hace bastantes años y reencontrarme con las hermanas Fossil ha sido incluso más acogedor de lo que recordaba.
Una novela con el tropo found family como eje central, en la que acompañamos a tres niñas huérfanas en su periplo hacia la vida adulta, mientras tratan de ayudar a afrontar los problemas económicos de la casa, descubren sus verdaderas vocaciones y hacen todo lo posible por cumplir el juramento que las une como hermanas.
TAM (siglas de Tío Abuelo Matthew) era un hombre muy peculiar que, en cada uno de sus viajes, recogía un fósil para llevar a casa. Hasta que un día su sobrina y su institutriz le dijeron que ya estaba bien, que no cabía ni un fósil más en casa. Y, entonces, TAM no llevó más fósiles, pero llevó tres bebés. Y volvió a marcharse de viaje, sin dejar un destino en el que poder encontrarle ni una fecha fijada para el regreso.
Pauline, Petrova y Posy eran esos bebés. Huérfanas, encontraron un hogar y una familia amorosa en la que crecer bajo la tutela de Sylvia (la sobrina de TAM) y Nana (su niñera). Pero la enorme casa de Londres en la que viven tiene demasiados gastos y poco a poco el dinero que dejó TAM empieza a escasear. La primera medida que toman es alquilar habitaciones, de modo que no solo empieza a llegar algo de dinero, sino también un elenco de personajes muy interesantes que pasan a formar parte de la familia.
Gracias al vínculo que se crea con los nuevos habitantes de la casa, las niñas comienzan a recibir clases de baile y actuación, además de una educación básica y apoyo a la hora de dedicar tiempo a lo que le apasiona a cada una de ellas.
Así que, mientras crecen, Pauline, Petrova y Posy se van descubriendo a ellas mismas, van aprendiendo sobre arte, baile y sobre lo que supone hacerse mayor.
Además de girar en torno al tropo de found family, Zapatillas de Ballet es un libro de personajes. Personalmente, son dos de los ingredientes que más me gustan en las novelas, así que quizá por eso disfruto tanto de esta historia, a pesar de que su trama como tal es bastante sencilla.
Las tres hermanas Fossil son inseparables, pero no podrían ser más distintas.
A Pauline le apasiona el teatro, aparte de poseer un don natural para la actuación, y tiene claro que quiere dedicarse a ello de manera profesional.
A Petrova, sin embargo, lo que le hace feliz es estudiar sobre motores, ayudar a arreglar coches y soñar con que algún día podrá pilotar un avión. Y aunque detesta subirse al escenario, nunca duda en hacerlo si con ello puede ayudar a llevar dinero a casa. Reconozco que ella es mi favorita de las tres.
Y por último, Posy piensa con los pies. Nacida para bailar, aprende todo a través de movimientos de ballet y su única aspiración en la vida es convertirse en la mejor bailarina que pueda.
Además de ellas, el elenco de personajes que las acompañan tienen su propia personalidad, sus propios puntos de vista, sus modos de afrontar las cosas y juegan un papel fundamental tanto en el desarrollo de la historia, como en el de las niñas.
También es muy interesante asomarse a descubrir un poco cómo era el mundo del espectáculo, en concreto del teatro infantil, en la Inglaterra de aquella época. Con qué leyes se regía el trabajo de los niños, cómo eran los sueldos, los castings, las jornadas de trabajo... Y es que la propia autora tenía experiencia como actriz.
Tengo que destacar la maravillosa edición que ha hecho Blackie Books de este libro. No sólo se agradece que haya rescatado un clásico tan bonito, sino que además lo hayan hecho con un formato tan delicado. En tapa dura, con detalles dorados y cinta marcapáginas de color rosa que hace juego con la ilustración de la portada y añade elegancia al libro. La historia es preciosa, pero el libro como objeto no se queda atrás. Desde luego, es una de esas joyas que deberían estar en cualquier biblioteca.
En resumen, Zapatillas de Ballet es un clásico imprescindible que nos regala una lectura tierna y acogedora, de esas que te envuelven en una burbuja de paz mientras vemos crecer a los personajes a los que sin darnos cuenta hemos cogido tanto cariño que ya hemos pasado a formar parte de su familia.