Revista Cultura y Ocio

Opinión del documental billy de max lemcke

Por Miss_cultura @miss_cultura
OPINIÓN DEL DOCUMENTAL BILLY DE MAX LEMCKE

El proyecto nace a partir de un titular en prensa: "El 30 de abril de 2014, la Audiencia Nacional rechaza la extradición a Argentina de Antonio González Pacheco, alias " Billy el Niño", argumentando que los delitos de sus torturas durante la dictadura habían prescrito". A partir de esta noticia, los promotores del film han querido plantear un viaje al pasado a partir de una veintena de testimonios de las víctimas y supervivientes de Billy , entonces en su mayoría activistas universitarios, que cuenta ante la cámara de Lemcke su experiencia en los calabozos de la Dirección General de Seguridad: entre otros, Chano Galante, Roser Rius, Lidia Falcón, Josefa Rodríguez 'Asturias' o Francisco Rodríguez Veloso...

El documental de Billy dirigido por Max Lemcke me ha producido tristeza, rabia y me ha removido muchas cosas que escuché en su momento y he leído en libros basados en la postguerra civil.

Creo que conocer nuestra historia y no olvidarla no es remover. Muchas personas guardan silencio y/o corren un tupido velo, pero no es así, las cosas no se tienen que hacer de la manera en la que se hizo.

Quizás por miedo, inexperiencia, imposiciones, pero saber que esta persona (que ya murió por Covid) se paseaba por Madrid, tenía una vida normal y nunca se le juzgó, ni le ocurrió nada, pues duele.

Por todas esas victimas que ya no pueden hablar o por las que hablan en el documental y las que van muriendo y dejando un vacío enorme en la historia.

El documental empieza poco a poco, ya que para saber quien era Billy tenemos que conocer su historia, la época y algunos datos de vital importancia.

Siempre he dicho que nuestros mayores son una pieza clave de la guerra civil, postguerra y transición, que sentarnos con ellos o con nuestros padres y preguntarles es necesario, que no os pase lo que a mí.

Mi abuela tenía demencia senil cuando fui consciente de todo y mi abuelo no le llegué a conocer y mi madre no hizo las preguntas necesarias, de las que yo quiero tener respuestas.

La figura de Billy no me era desconocida y ver el documental sólo ha hecho que se me ponga la carne de gallina, se me erizasen todos los pelos de mi cuerpo y sintiese una gran pena, enfado y mil sensaciones más.

Todos los países que han pasado por una guerra tienen figuras oscuras o figuras como las de Billy, pero somos uno de los pocos países que por "la ley de amnistía" dejamos muchos flecos sueltos y a día de hoy nos repercute negativamente.

Tenemos una mochila que nos pesa y como sociedad tenemos las herramientas para pedir respuestas, encontrar soluciones, pero creo que la situación está ya descontrolada y mete miedo.

La memoria es algo que se debería de cuidar, proteger y no olvidar, pero creo que sigue imperando un miedo atroz a lo que tristemente está pasando ahora.

Los testimonios de cada una de las personas del documental son un tesoro y cada uno de ellos y cada una de ellas hizo su lucha de la manera que pudo y dejaron.

Creo que muchas heridas nunca se van a cerrar, ni lo harán, pero un mínimo de dignidad por las personas que salen en el documental y las personas que no, pero que siguen vivas...

Todo lo que se cuenta en Billy los libros del colegio o instituto no me lo han enseñado, sino que lo han hecho los libros que empecé a leer después de esa época. Recuerdo de que se pasaba de puntillas por algunas cosas, pero soy una persona inquieta y siempre me ha gustado conocer las cosas.

Los documentales es uno de mis géneros favoritos del séptimo arte y siempre disfruto, aunque sean dolorosos, aunque contengan heridas que no serán cerradas fácilmente, pero son como esa ventana que dejas abierta y te sorprende constantemente.

No me ha sorprendido Billy, sabía que clase de persona (si se le puede llamar así) que era, pero conocer algo más de la "ley de amnistía" que había escuchado hace tiempo y ver que distintos testimonios decían lo mismo, pero a su manera...ha sido terrible y triste.

Creo que me repito un poco de alguna manera, pero es que no puedo dejar de admirar a las personas que han dado su testimonio y a Max Lemcke por sacar adelante un proyecto tan necesario como este.


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