[Opinión] El renacer de Misfits

El regreso de Misfits a la televisión británica fue tan discreto que a muchos les costó enterarse de la fecha de su regreso, lo que ha hecho que mucha gente siga desconociendo que la serie ya ha emitido su cuarta temporada al completo. Sin embargo, si lo miramos desde el lado positivo, ahora ya hay quien pueda decirnos si merece la pena verla o es mejor pretender que la serie terminó tras el trágico final de su tercera temporada. Ojo, esta opinión contiene spoilers medios (sobre qué ocurre con ciertos personajes, pero no sobre cómo ocurre.)

Misfits tenía una difícil tarea esta temporada: mantener el interés del espectador y recuperar la calidad que la convirtió en una serie de culto en sus dos primeras temporadas y hasta cierto punto, lo ha logrado. En la cuarta temporada podemos encontrar algunos de los mejores episodios de la serie hasta la fecha (aunque entre algún episodio un tanto mediocre).

Nuevos personajes, nuevas historias que contar

El primer obstáculo al que se ha tenido que enfrentar esta temporada ha sido al de introducir a tres nuevos personajes (y eventualmente, a cinco) de los que el espectador ha tenido que encariñarse en muy poco tiempo. El primero, Greg, el nuevo agente de servicios sociales, al que es prácticamente imposible describir con otra palabra que maníaco y que por ahora se distingue del resto de agentes (ya veréis por qué).  Después están Finn y Jess, cuya llegada ocurrió en el primer episodio de una manera tan extremadamente natural (simplemente, ambos estaban allí desde la primera escena) que fue fácil considerarlos parte del grupo de inmediato. Ha sido episodio tras episodio como hemos logrado conocerles.

Como es usual en Misfits, la línea entre el cariño y el odio hacia estos dos últimos personajes se cruza fácilmente. Lo bueno de este tipo de situación es que les hace más normales, más humanos. Nadie es perfecto todo el tiempo, y ninguno de estos personajes lo es. De hecho, ambos tienen bastante carga emocional y varios misterios a sus espaldas.

Poco después sufrimos la pérdida de Seth, que tras sólo dos episodios dejaba la serie para volver a África, donde él y Kelly se dedican ahora a desactivar minas antipersonas con la ayuda del poder de Kelly. Hay que admitir que el papel de Seth, una vez acabado el arco argumental de la venta de poderes siempre fue ligado al de Kelly y al no estar ella su presencia no podía aportar mucho más a la serie, sin embargo tuvimos la mala suerte de no disfrutar más del fantástico dúo humorístico que formaba junto a Rudy. Una de las escenas más divertidas de toda la temporada la protagonizan ambos.

Justo cuando estamos acostumbrándonos a este nuevo grupo, la serie nos da un golpe bajo y nos parte el corazón llevándose al último “original”: tras uno de los mejores episodios de la temporada y de la serie en general, Curtis se despide de Misfits de una manera tan dolorosa como heroica, en la que podemos observar las maneras en las que el personaje ha evolucionado desde la primera temporada. A pesar de lo triste, es algo necesario para explicar cómo la tormenta ha cambiado la vida de todos estos personajes y les ha hecho crecer, tal y como lo fue el sacrificio de Simon al final de la tercera temporada.

Después llega Alex, que aparece en varios episodios como un personaje secundario pero que acaba cobrando protagonismo y cuya historia es, digamos, bastante curiosa, y Abbey, que aparece a tan sólo dos episodios del final de la temporada.  Es esta última la que con dos episodios a sus espaldas consigue convertirse en un personaje mucho más interesante para el público de lo que lo es Alex. Además de tener una extraña habilidad para beber y seguir sobria (¿será este su poder?), Abbey no tiene ningún tipo de recuerdo acerca de quién era antes de la tormenta, y va vagando entre el grupo en busca de una conexión especial que la haga recordar. Esto la lleva a mostrarse tal como es, sin filtros, y a ser en alguna ocasión terriblemente honesta.

Más episodios autoconclusivos, menos poderes

Con respecto a los arcos argumentales, no ha habido ningún tipo de misterio que haya rodeado a la temporada por completo, tal y como lo hizo Simon y su “yo” futuro o la muerte de Alisha; prácticamente todos han durado un par de episodios. En general, los episodios autoconclusivos no han sido del todo malos, y han hecho que la serie vuelva a tener un aire fresco y renovado con la entrada y salida de personajes episódicos, al igual que en las primeras temporadas.

Lo que sí se ha notado muchísimo en esta temporada es la falta del uso de los poderes. Aunque Finn y Jess tienen poderes, ninguno de los dos los usa para su propio beneficio, y hemos visto a Rudy 2 menos a menudo que de costumbre. Esto ha sido el resultado de recortes en el presupuesto de la serie, lo que ha hecho que los guionistas se las tengan que arreglar para meter a los personajes en problemas en los que sus poderes no sirven de mucho. Quizás en otras temporadas esto habría sido un problema, pero lo cierto es que no ha afectado mucho al desarrollo de ninguno de los episodios.

Lo único que se puede echar en cara a esta temporada ha sido quizás como se ha centrado en el innecesario trío amoroso formado entre Finn, Jess y Alex. Aunque las relaciones siempre han sido un tema central para la serie, no parece que a ninguno de los tres personajes le guste el otro de tal manera como para generar tanto drama a su alrededor.

¿Merece la pena?

En mi opinión, sí. No son los mismos personajes, pero sí el mismo espíritu. Misfits sigue siendo entretenida, divertida, gore en algunos puntos y las historias siguen teniendo corazón a pesar de lo extrañas que son. En general, creo que la cuarta temporada es el principio del renacimiento de Misfits para aquellos a los que la tercera temporada les dejó fríos y espero con ansias su regreso el año que viene (anunciado por E4 tras el último episodio.)