Parks & Recreation se caracteriza, casi desde sus inicios, por ser una de las comedias más adorables y regulares de la televisión actual. De hecho, para muchos seriéfilos, la comedia de Amy Poehler es la mejor. Para mí, desde luego, lo es, especialmente desde el fin (snif) de 30 Rock y el declive (snif) de Community. Y esta quinta temporada, sin necesidad de fuegos artificiales ni grandes cambios, ha mantenido el nivel. Y no es fácil.
Puede que la quinta temporada de Parks&Recreation no haya sido en la que más cosas hayan pasado (de hecho, ha tenido pocas tramas en continuidad). Y, sin embargo, pocas veces ha bajado su altísimo nivel habitual, todos los personajes han avanzado y ha tenido un mínimo de dos capítulos absolutamente perfectos. A ver cuántas comedias (o series en general) pueden decir lo mismo. La temporada empezó con el equipo dividido en dos ciudades porque Ben se llevó a April a trabajar con él a Washington. Superada esta división, la serie retomó la normalidad a pesar de que varios de sus personajes desarrollaron sus propias tramas al margen del Departamento de Parques.
Leslie y Ben han dado en esta temporada un gran paso. Su estabilidad se daba por hecha pero decidieron que era el momento de casarse y, aparte de conocer más a las familias y orígenes, nos regalaron uno de los capítulos más perfectos del año en general, ‘Ben and Leslie’. Quien no se emocionase o incluso soltase una lagrimilla con ese capítulo es que no tiene corazón. Y punto. El cargo como concejal de Leslie no ha supuesto un gran cambio en la serie, pero ha acabado mal, ya que ha puesto a parte de Pawnee en su contra. Pero no puede existir una heroína sin retos, así que esperemos que la cruzada de Leslie por recuperar la confianza de los ciudadanos componga una buena trama en la sexta temporada. Y que visite los programas de televisión de la ciudad, que siempre traen muchas risas (mención especial a la participación de Ron esta temporada en el de Joan Callamezzo).
Y es precisamente Ron otro personaje cuya situación ha cambiado de forma importante. Cuando creíamos que su única trama amorosa podían ser sus traumas con sus exmujeres Tammy, llegó Diane para cambiarlo todo. Y es que quién mejor para Ron Swanson que Xena, la princesa guerrera (Lucy Lawless). Diane es una mujer con dos niñas pequeñas que se ha ganado el corazón del duro Ron Swanson hasta el punto de que le ha desvelado su personalidad secreta como el saxofonista rompecorazones Duke Silver. Y a mí me encanta su relación. De hecho, para mí, el otro capítulo perfecto de la temporada es ‘Ron and Diane’ (curioso que siempre saquen lo mejor en los capítulos dedicados a parejas), que combinaba las carcajadas que provoca siempre la visita de la psicópata Tammy II (que aún es más graciosa sabiendo que Megan Mullally es la esposa en la vida real del Nick Offerman) con la ternura de confirmar que lo de Ron y Diane va para largo (ojalá). Aunque bueno, ver a Ron maquillado por las hijas de ella también fue un gran momento. Y ahora, con la revelación al final de la temporada de que ella está embarazada, esperemos ver más momentos de la pareja, y que Ron esté tan sembrado como en esta temporada.
Una de las principales tramas en continuidad ha sido la de Ann (¡AnnPerkins!) intentando encontrar al candidato perfecto para ser el padre de su hijo, y dándose cuenta al final de lo que todos sabíamos, que lo tenía delante de las narices y era Chris (de hecho, ¿alguien recuerda por qué estos dos no estaban juntos?). Habrá que ver si la pareja dura y si consiguen pronto su objetivo. Si lo logran y Ben y Leslie se animan, además de Ron y Diane, el departamento podría convertirse en una guardería. Y sería divertido contrastar las técnicas de crianza de cada uno. Por su parte, Tom está mucho más centrado e incluso ha creado un negocio exitoso, Rent-A-Swag. Esperemos que se libre pronto de Mona Lisa (que es graciosa por su locura pero en exceso resulta cargante) y luche por mantener su tienda frente a la competencia. Por último, parece que Andy y April van a tener que volver a separarse si ella se va a estudiar Veterinaria y cumplir su sueño. Esperemos que no se aleje mucho porque es uno de los personajes más divertidos de la serie. Aún así, no me preocupo mucho por ellos, que son una de las parejas más consolidadas. La marcha (parcial) de Jerry (fascinante todo lo relacionado con su familia) y Donna siendo una diva en general cierran la temporada.
En resumen, parece que todos los personajes van dando pasos hacia la estabilización y la madurez, lo cual prepara a la serie, desgraciadamente, hacia un cierre más fácil. Parks no ha sido renovada todavía por NBC, pero, a pesar de que no hace unos datos espectaculares, es la comedia que mejor funciona a la cadena (demos gracias una y mil veces a la debacle de NBC), por lo que su renovación está bastante clara (crucemos los dedos de todas formas que nunca se sabe), así que contamos con disfrutar de esta grandísima comedia al menos un año más. ¡Y un Emmy para Amy Poehler ya!