La irregular temporada de Mentes Criminales (Criminal Minds) finalizó con un doble episodio hace unas pocas semanas en Estados Unidos y hace un par de días también en España de la misma manera, bien AXN por ello.
A priori parecía que poco en común iban a tener ambos episodios pero el extásis líquido los unió y si el penúltimo tuvo una resolución muy chapucera, siendo uno de los pocos episodios de la serie en los que no se ha visto al sudes (sujeto desconocido) desde casi el principio, el segundo y último de la temporada repitió fórmulas de anteriores season finales como una explosión.
Al menos tuvieron la deferencia de acordarse de la agente Emily Prentiss (Paget Brewster) que acabó su periplo en la serie en la pasada temporada y de mostrar algo más de la vida personal de determinados personajes, aunque se hace raro ver a Bellamy Young la misma semana en Scandal y en Mentes Criminales, todo sea dicho, por poco que salga en esta segunda.
La finale, desde luego estuvo a la altura de la temporada. Le faltó emoción, no porque me hubiese tragado un spoiler antes de verla, sino porque por mucho que la vida del equipo corra peligro sabes que no va a morir ninguno y menos habiendo una nueva entrega y saliendo noticias de renovaciones de contratos y demás.
Ese imitador que les ha perseguido durante todo el año al final aparece y le descubren enseguida porque a Garcia (Kirsten Vangssness) solamente le hace falta un ordenador o unos ficheros para solucionar las cosas de un tiempo a esta parte, y aunque fue bastante irónica e ingeniosa la jugada final de Rossi (Joe Mantegna), la resolución, de nuevo, me pareció muy rápida y algo fría. Vale que son 42 minutos pero desde luego que se lo podían currar un poquito más.
El año pasado mucha gente se metió con Erica Messer, la showrunner de la serie desde la séptima entrega tras dejarle las riendas Ed Bernero, y los altibajos se han sucedido. Así que las entiendo y las comparto porque Mentes Criminales no es lo que era y, tentada he estado de dejarla. A ver qué pasa la temporada que viene porque no he disfrutado mucho de la octava. Ahora, al final la nueva agente, Alex Blake (Jeannie Tripplehorn) me ha acabado convenciendo aunque uno de los defectos de la serie sigue siendo que hay mucha gente protagonista para 42 minutos.
Y ahora, un pequeño spoiler-queja:
¿Por qué nunca han sabido sacarle partido a Erin Strauss (Jayne Atkinson) y así de golpe y porrazo deciden matarla de la peor manera posible?