Es Domingo, 28 de Enero de 2020. Donna Rotunno, abogada de Harvey Weinstein, acude al estudio del Daily Times invitada por Megan Twohey, periodista que destapa el escándalo de los abusos sexuales del productor cinematográfico. El juicio de Nueva York está en pleno proceso. El resultado es impredecible. Cabe la posibilidad de que Weinstein no llegue a ser condenado.Dramaturgia a partir de la polémica entrevista que Twohey realiza a Rotunno y fragmentos de la transcripción del juicio al ex magnate de Hollywood. Una ficción documental que nos permite viajar dentro de la mente de tres mujeres: la abogada que defiende a un hombre acusado de agresión sexual, la periodista que intenta entender los porqués y una de las denunciantes. ¿Hemos llegado a un acuerdo sobre el concepto de consentimiento? Una vez más, se vuelve a poner en tela de juicio a la víctima en lugar de al agresor. Es en este momento de duda, de analizar cuán "perfectas" son las víctimas, en el que se lleva a cabo la conversación entre Twohey y Rotunno. Momento previo a la sentencia. Una sentencia considerada ejemplar y que ayudó a transformar el sistema judicial en Estados Unidos. Un hito en el movimiento #MeToo.
Ariana Martínez y Mónica Miranda son las dos actrices que con su versatilidad interpretan a tres mujeres muy diferentes entre sí.
La primera imagen de The shit show es impactante y desconcertante. Una mujer cubierta por una manta térmica dorada, sin moverse en el centro del escenario, nos sumerge en la obra con más preguntas que respuestas.
Al final de la obra, me di cuenta de que la imagen inicial, de esa mujer con una manta dorada térmica era, en realidad, una metáfora y un grito en silencio de la situación del sistema judicial y del trato a muchas víctimas (especialmente a las mujeres).
El texto es muy visual y gracias a la interpretación de las actrices adquiere mucha fuerza llevándolo a una experiencia visceral.
Los cambios de personajes requiere un equilibrio y cohesión narrativa, ya que un simple fallo y pierdes el hilo conductor, pero Ariana y Mónica lo realizan de manera orgánica.
La genial interpretación de las actrices al dar vida a estas mujeres tan dispares crea
La interpretación tan marcada de cada personaje evita cualquier confusión sobre quién habla, crea un abanico de voces inconfundibles, por lo que sabes qué personaje está hablando en cada instante.
Al principio, la trama va lentamente y pausada, quizás sea para tratar con cuidado los temas tan delicados y también creo que va preparando al espectador para lo que viene.
De menos a más va profundizando en temas escabrosos de una manera delicada, pero contundente.
The shit show es tan detallado y descriptivo en la representación del juicio que sentí rabia, asco y pena. No logro entender y no acepto cómo una mujer como Donna Rotunno pudo defender a Weinstein por no hablar de su entrevista atroz y que me dejó sin palabras.
Desconozco la razón por la que se eligió a una joven, con una imagen pública vulnerable, para declarar en el juicio y ser la cara visible de las demandantes (en la obra). Esta elección plantea interrogantes sobre los criterios utilizados. ¿Se ha buscado deliberadamente un perfil que pueda generar simpatía en el público y, al mismo tiempo, desviar la atención de los hechos del caso?
Esa pregunta me rondó la cabeza toda la noche después de ver la obra.
El uso del escenario está muy bien pensado, ya que mientras los personajes cambian de roles, este parece adquirir una nueva función. Suele decirse que el escenario es una extensión de la trama, pero en ' The Shit Show ' va más allá y se integra en la narrativa de la obra.
Una obra catártica, donde el espectador experimenta una limpieza emocional a través de la cruda representación de la realidad. Muy recomendada.