[Opinión] ¿Y para esto me compras?

[Opinión] ¿Y para esto me compras?

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Marina Montes 17 octubre, 2013 0

Vale. Lo has conseguido. Me has “camelado”. Has estado vendiéndote bien, el rollo del hype te ha servido muy bien y has conseguido que te preste atención. Y ¿sabes qué? Me gustas. Mucho. Tanto como para esperarte cada semana a la misma hora y posponer otros planes. Y ahora, ¿te parece bonito lo que me has hecho? ¿Te parece bonito desaparecer durante dos o tres semanas y dejarme con las ganas? Esto no se hace. ¿Para esto me compras?

Hay veces en esta vida en las que los espectadores nos sentimos abandonados. Como cuando una pareja nos pide tiempo porque necesita pensarse las cosas. En el fondo estamos tranquilos porque sabemos que va a volver, pero durante unos días nos sentimos perdidos y no podemos vivir con la incertidumbre de saber lo que ocurre. Seguro que has vivido esa sensación: buscas en la televisión tu serie favorita y te encuentras con que hoy no la emiten. Miras el calendario y sí, hoy es el día. Hoy toca. Pero no. Resulta que esta semana ha habido parón y no está. Recrea esa escena delante de la pantalla de tu ordenador y probablemente te veas a ti mismo el día en el que tocaba un nuevo enlace de tu serie favorita.

¿Por qué ocurre esto? La respuesta es sencilla. Por que sí. Porque hay que cuadrar el calendario. Las temporadas suelen emitirse entre septiembre y mayo. Si echas cuentas, salen más semanas que capítulos, así que hay que hacer algo. Normalmente en Navidad o Acción de Gracias se producen parones porque es la época. Hay que estar con la familia, la gente se impregna del espíritu navideño y cuando acuerdan, jugando a juegos de mesa con la familia se les ha pasado la hora de su serie favorita. Otro momento clave es la final de la SuperBowl. Poner un episodio ese día es la crónica de una muerte anunciada, así que, ¿para qué?

Pero hay un motivo más. Los estudios de audiencia. Suelen ser en algunos meses concretos y las cadenas se guardan los mejores capítulos para ese día. Además de bombardear con promos estupendas para mantenernos enganchados (lo que antes era un “cebo” y ahora mola más llamarlo “hype”) y ese día, con el capítulo bonito, que el espectador se emborrache y jure amor eterno a través de una audiencia estupenda.

Muchos no aguantamos esto, la verdad. Preferimos verlo todo del tirón y empacharnos antes que recibirlo a dosis. Por eso, si tenemos que tener parones sí o sí, a lo mejor preferimos la fórmula que han hecho alguna vez en Glee, Pretty Little Liars o más recientemente con la última temporada de Breaking Bad: atracón de capítulos, un par de meses de descanso y de nuevo, un atracón. Que las televisiones se busquen la vida como quieran, pero a nosotros que no nos mareen. Que para tenernos con las ansias vivas de un capítulo… mejor que no nos den nada. Porque no nos van los rollos de una semana. Ahora sí, ahora no… Si es que así no se puede vivir.

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