Soler, quien preside esa organización que se ha hecho conocida por su manera de protestar en silencio, y también por la férrea represión oficial en contra de sus integrantes, pidió el pasado 7 de noviembre, en una comunicación que entregó en la embajada de España, en La Habana, que Sánchez "nos dé por lo menos 10 minutos de su agenda apretada para que escuche nuestros reclamos".
Al hablar con DIARIO LAS AMÉRICAS, la activista recordó que Sánchez, al anunciar su viaje ante el Congreso español en octubre pasado, aseguró que "estaba dispuesto a defender los derechos humanos en Cuba" y -señaló Soler- que "si eso es lo que quiere, no hay nada mejor que escuche todo lo que tenemos que decirle sobre lo que está pasando en la isla".
El viaje de Sánchez a Cuba pone fin a un largo período de 32 años en que el régimen de La Habana no ha recibido la visita oficial de un presidente del Gobierno de España, país que espera reafirmar su presencia empresarial en esa nación insular gobernada por la familia Castro y aliados en la cúpula de poder.
Reportes de agencias este miércoles han confirmado, sin embargo, que el gobernante español no tiene previsto en su agenda una reunión con los disidentes cubanos, aunque sí contempla un encuentro con miembros de la "sociedad civil".
En la misiva, Soler afirma que cinco activistas de las Damas de Blanco se encuentran actualmente encarceladas, con penas superiores a un año de cárcel y, además, hace énfasis en que las opositoras "por supuesto, no han tenido derecho a un debido proceso".
Según Soler, "el régimen cubano no le va a decir [a Sánchez] lo que nosotros sí le podemos decir", al tiempo que anotó que "queremos decirle que nos están violando los derechos humanos y que somos víctimas de hostigamiento de la dictadura en contra de quienes piensan diferente".
La visita de Sánchez a Cuba se produce una semana después de que la Eurocámara aprobó una resolución que condena enérgicamente la situación de los derechos humanos en Cuba y lamenta que "no haya mejorado la situación" en materia de libertades y democracia en la isla.
Aunque a pocas horas del arribo del titular del Ejecutivo español a la isla no se había conocido una respuesta, Soler confió en que "el presidente puede sacar un tiempo de su agenda apretada para escucharnos" y llamó la atención de Sánchez para que "no se conforme con lo que quiere venderle el régimen".
Al respecto, la opositora recordó que el entonces presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en su visita a La Habana en 2016, "no se dejó manejar la agenda y de la embajada de Estados Unidos vinieron a buscarme para que yo pudiera llegar a donde estaba Obama, a pesar de que la Policía me estaba custodiando para que no saliera".
Acotó: "El régimen cubano aprovecha estas visitas presidenciales para mostrar otra cara al mundo y decir que en Cuba se respetan los derechos humanos, pero también, en este caso, para buscar el apoyo del Gobierno español".
Voces en el exilioEntretanto, en Miami, ciudad del sur de la Florida que es considerada "cuna del exilio cubano en los Estados Unidos", las voces de algunos renombrados líderes opositores al régimen castrista reprobaron la presencia de Sánchez en territorio cubano.
Al respecto, Orlando Gutiérrez, secretario nacional del Directorio Democrático Cubano, sostuvo que la visita del dignatario español "constituye un hecho neocolonialista de traición a la lucha democrática del pueblo cubano, lastimando los vínculos históricos entre la nación cubana y el estado español".
Dijo, además, que "una vez que la República de Cuba recupere su soberanía tendrá que considerar seriamente una demanda internacional por reparaciones contra el Estado español, por el genocidio cometido contra el pueblo cubano con la política de reconcentración para sofocar la lucha por la libertad de ese pueblo, a finales del siglo XIX.
"También tendrá que considerar seriamente la República demandas por el uso de mano de obra esclava por las empresas españolas que han invertido con la tiranía comunista en Cuba".
Por su parte, el opositor Antonio Rodiles opinó que el viaje de Sánchez "mantendrá la misma línea que ha marcado la relación de los Gobiernos españoles con Cuba en tiempos recientes. Por una parte, total apoyo y respaldo a la dictadura y por otra, desconocimiento de la oposición y silencio ante la crítica situación de los derechos humanos en la Isla".
Aseveró que "España ha jugado un papel clave en la firma del nuevo acuerdo bilateral, que acepta y legitima el llamado 'ordenamiento legal y jurídico' impuesto por la dictadura, plagado de violaciones de derechos y libertades fundamentales".
Rodiles agregó que "si llegase a ocurrir alguna excarcelación, como algunas veces acostumbra a realizar el régimen, se deberá sin dudas a la presión que en la actualidad está recibiendo por parte de la administración norteamericana".
Finalmente subrayó que la visita del presidente español tiene como "objetivo manifiesto" el apoyo a un grupo de empresas ibéricas que violan los derechos laborales de los cubanos. "La actuación de los Gobiernos españoles ha sido penosa y quedará en nuestra memoria".