A mediados del siglo II a. C., en las tierras de la Europa Templada la gente vivía en pequeños poblados de unos pocos centenares de habitantes y, sobre todo, en el campo, en alquerías y granjas dispersas por todas partes: valles, campiñas, bordes de bosques y laderas de montañas.
Era un mundo rural de campesinos comunes.
Entonces empezaron a surgir al norte de los Alpes asentamientos de nuevo tipo, que -desde las referencias de Julio César en su crónica de la conquista de las Galias (58-52 a. C.)- denominamos oppida, y han sido consideradas las primeras ciudades de estos territorios.
La fundación casi simultánea de varios centenares de grandes centros de población -las ciudades de los celtas- en este territorio, fue un hecho histórico de gran trascendencia.
La discusión acerca de sus rasgos distintivos y su carácter urbano lleva desarrollándose a lo largo de 150 años. Hoy sabemos más cosas, ignoramos muchas pero identificamos mejor las lagunas y limitaciones de nuestra investigación histórica y arqueológica.
Se incluye en el artículo un mapa a doble página con la localización y principales características de los oppida célticos al norte de los Alpes, y una espléndida ilustración de Rocío Espín representando el sector sureste del oppidum arverno de Corent, con sus espacios públicos como el santuario, la plaza de las asambleas, el mercado e incluso un edificio interpretado como una taberna.
Fuente:
- 'Oppida. Ciudades de la Europa céltica'.
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