Tengo que confesar que cuando escuché por primera vez la frase que da título a este post de mano del maestro José Miguel Bolívar, mi sistema entérico se activó de inmediato como cuando me regalaron el primer ordenador. No se porqué pero me dije a mi mismo “esto es tiene que ser increíble” y durante estos últimos meses he podido comprobar por mí mismo que cuando se produce un solapamiento fértil de intereses, no sólo percibes que es posible aprovechar toda la inteligencia que surge del interior de las personas, sino que incluso ésta es capaz de producir resultados en una dirección concreta y pasar del estatus red al estatus red productiva. Es realmente maravilloso. Mi percepción respecto a esta idea ya no es futuro sino de presente, aunque soy consciente de que hay mucho aún por hacer. OPTIMA LAB es por tanto una red cuyos nodos comparten el interés común por innovar tanto en productividad personal como colectiva, siempre centrada en las personas. Una comunidad de práctica artesana que comparte conocimiento abierto con una clara vocación de contribución social.
Esta red la forman Paz Garde, Cruz Guijarro, José Miguel Bolívar, David Sánchez, Jerónimo Sánchez, Silvestre Segarra, Jesús Serrano y un servidor. Los pasados días 5 y 6 de Septiembre celebramos nuestro primer encuentro en el Campus Infantes del Euroforum en San Lorenzo de El Escorial, con la distante ausencia pero cercana presencia de Jerónimo Sánchez, el cual no pudo estar con nosotros por razones de @contexto. El propósito de ese encuentro fue concretamente el de “construir unas bases sólidas para avanzar divirtiéndonos, aprendiendo, compartiendo y comunicándonos de forma directa y transparente, para concretar y definir una hoja de ruta clara para OPTIMA LAB”. ¿Nos hemos divertido? Sin duda alguna. Ya comenzamos haciéndolo el día Jueves 4 desde la cena en el Tandoori, ya punto de encuentro obligatorio de la red. ¿Hemos aprendido? Siempre se aprende de una conversación, y en este encuentro no sólo las ha habido sino que han servido para tejer y construir. También hemos compartido experiencias yaprendizajes que han resultado ser tremendamente enriquecedores.
Entre los temas que se fueron tocando, David Sánchez nos traslado su visión de la red invitándonos a cocinar al más puro estilo Walter White. Jesús Serrano nos explicó que las cosas son como los mono, y que para poder lidiar con ellos hemos de saber concretamente qué es lo que son. Paz Garde nos explico qué es lo que podemos hacer con esas cosas una vez que ya tenemos identificadas sus características. Cruz Guijarro nos evidenció la utilidad que tiene la revisión periódica de nuestro sistema para que continúe siendo fiable y pueda mantenerse en marcha. Silvestre Segarra dio el toque motivacional a las jornadas invitándonos de forma directa a la acción. José Miguel Bolívar nos habló de OPTIMA3 ® y OPTIMA12®, dos metodologías que sin duda son un claro ejemplo de innovación en torno a la productividad personal y colectiva. Y un servidor dedicó su intervención a compartir una visión sencilla acerca de qué son concretamente los resultados. Todas estas intervenciones fueron de aproximadamente 20 minutos de duración, que al margen de las temáticas, sirvieron para generar aprendizaje a través del network feedback y pusieron de manifiesto la diversidad de la cop.
Desde el punto de vista personal ha sido toda una experiencia vivencial en todos los sentidos posibles. No hay nada como compartir experiencias con personas con las que sintonizas de forma natural. Así es que sin duda alguna, seguiremos disfrutando trabajando, aprendiendo, innovando y compartiendo todo aquello que pueda resultar útil como agentes de cambio que desean participar de forma proactiva en la transformación de las personas y las organizaciones.
Esta entrada OPTIMA LAB: Solapamientos fértiles de interés has sido publicada por Antonio José Masiá