Revista Cultura y Ocio

Optimismo patológico – @anapsicopoet

Por De Krakens Y Sirenas @krakensysirenas

¿Quién no ha dicho alguna vez “sé que todo va a salir bien”? Todos, sin excepción, nos hemos creído en algún momento dioses del mundo, capaces de hacer que nada se tuerza. Hasta que las cosas no salen como esperabas y tus expectativas se hunden contigo y tu frustración en un campo de estiércol. Y cuando apenas intentas salir, se te acerca otro optimista patológico, similar a como tú eras antes, y te dice: “tranquilo, todo va a salir bien”. Es entonces cuando le miras a los ojos fijamente y le deseas, por su propio bien, que se hunda cuanto antes en el mismo estiércol del que tú estás saliendo, para que tome consciencia de que el mundo no es tan fácil como lo pinta el libro de “El secreto”, que no basta con desear algo para tenerlo, ni basta con concentrarse en que se acabe el hambre y llegue la paz mundial, para que eso suceda.
Me siento afortunada y agradecida, pero sé que no soy todopoderosa. Todos tenemos límites, tú también. Por mucho que salgas por la noche y seas el dios o la diosa de la pista, eres una persona más entre tantas, por mucho que tengas miles de amigos en las redes, eres uno más, por muchos mensajes privados que recibas diciéndote que eres maravillosa, eres una entre muchas muchas más. Aunque leas en los libros de autoayuda que tú tienes el poder de cambiar el rumbo de la vida, eres solo un humano más, si te hacen creer que con ese color de labios te comerás el mundo, serás simplemente una más con ese color de labios, si te dicen que ese es el perfume con el que volverás locas a las mujeres, te diré que no las volverás más locas que con tus feromonas naturales…TODO-ES-MENTIRA. Hay un empeño desmedido por hacernos optimistas patológicos, gente que desprenda alegría, efusividad y positividad, capaces de estar tan eufóricos que lo único que nos interese sea consumir, salir, gastar, evadir problemas, no pensar en más que en la deseabilidad social, ser el producto que otros quieren consumir, porque en esta sociedad capitalista no eres otra cosa que un PRODUCTO más.
Me pregunto cómo en un mundo en el que prima la indiferencia, el egoísmo y la mentira puede venderse el optimismo en exceso y que la gente lo compre. Quizá es una forma de autoengaño o de ceguera. En cualquier caso, quiero pensar que en la oscuridad de la noche, cuando os metéis en la cama, apagáis las luces y aun dejáis los ojos abiertos un poco más, hasta que vuestras pupilas se dilatan y se adaptan a la penumbra, muchos de vosotros haréis un travelling por vuestro día y sonreiréis pensando en aquella anécdota tan divertida. Hasta que de pronto te acuerdas de que ese chico al que tienes ahora en la cabeza no te ha respondido al whatshapp que el enviaste esta tarde. Y cuando se te frunce el ceño y te entran ganas de matarle, desaparece tu optimismo patológico y aparece tu verdadero yo.

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