Bendito padre celestial, hoy inicio mi día entregándolo a Ti. Gracias, porque hoy me levanto a través de la fuerza que Tú me das, mi fe hacia Ti me sostiene y me conduce por camino de paz. Hoy domingo 2 de septiembre del 2018, quiero entregarte mi alma para que le des la paz que solo tu dulce presencia me puede brindar. Tu sabiduría me guía y Tú mirada vela cada uno de mis pasos y en tus brazos siempre encuentro refugio cuando me siento desolada. Señor, afina mis oídos para escuchar Tu dulce voz y cuando tenga miedo y la soledad intente arroparme, permíteme escuchar tus palabras de que me amas y que nunca me abandonarás.
Señor siembra en mí Tu palabra, que sea Tu palabra que hable por mí, que mis acciones sean adiestrada por Ti, y que pueda ser un ejemplo en esta tierra, de que tu amor cambia y da vida. Señor te pido que pueda ser un espejo que refleje Tu amor, ayúdame a sembrar el sentimiento del perdón en mi corazón, despoja de mí toda amargura y odio, que lo único que hacen es separarme de Ti y destruir mi paz.
Hoy Padre Santo entierro todo lo malo, y floreceré a través de tu amor. Tú fortalece mi fe, a través de tus bendiciones, y no quiero apartarme nunca de tu camino. Señor, en este nuevo día prometo ser una persona renovada, una persona que escucha y que valora cada una de las bendiciones que tú me ofreces. En tus manos pongo este día, para que seas tú que lo administres y lo adiestre por el buen camino. Amén.
Haz esta súplica con agradecimiento, sueño y regocijo te acercará a Dios y te permitirá darle gracias por su desprendimiento, por todos los dones y regalos que Él te da a diario y pedirle que siga guiando tus pasos por sendas de éxito y dicha.