Amado Señor y rey del universo, hoy me has dado un nuevo día por eso ahora me dirijo a Ti para darte infinitas gracias por tu misericordia y por tu aprecio hacia mí. Gracias por concederme la posibilidad de despertar en esta mañana con tu bendición y con la fortaleza de voluntad para salir adelante en el camino de la vida. Qué magnífico es sentir tu extraordinaria presencia en cada uno de los momentos de mi vida.
Gracias igualmente, Padre Santo, por aumentar mis fuerzas, por vivificar mi voluntad y por extender tu misericordia en mi hogar y en mi familia. Mi existencia, mi confianza y todas mis ilusiones están puestas en tus manos, confío en tus promesas y en cada una de tus maravillas.
Señor, te ruego que en este nuevo recorrido me des armonía para alivianar mi espíritu y mi aliento, conciencia para obtener buenas decisiones y que me ayudes a tener paciencia al esperar, ya que aquellos que siembran sus semillas en campos de fe, constantemente habrán de recolectar preciosos frutos.
Ayúdame Señor, tómame de la mano, bendice a las personas que quiero y orienta nuestros pasos por caminos de esplendor y de verdad. No permitas que las malas intenciones hagan daño en nuestras vidas, ni nos dejes incurrir en tentación. Permítenos el deleite de ser sabios y danos la gracia de amarte con todo el coraje y servirte con todas nuestras fuerzas.
Señor, te presento cada una de las actividades que tengamos que ejecutar a lo largo de este día y te pido que seas nuestro acompañante y ayudador. Permite que todo lo que hagamos sea para enaltecer tu santo nombre y al culminar el día permítenos ir a descansar con la satisfacción de haber hecho las cosas de acuerdo a tu voluntad.
Gracias querido Señor por atender mi súplica, por todo lo que me has dado y las bendiciones que están por venir. Gracias por tu aprecio e infinita misericordia, Amén.
Cuando haces esta oración con Fe, puedes tener la certeza que Dios te escucha y que siempre está a tu lado. Deposita todos los planes que tienes en sus manos y sigue adelante con gozo y entusiasmo, pues Dios ha destinado grandes cosas para bendecir tu vida.