Oración 1:
Dios Mehenbil y Dios Espíritu Santo. Amén.Este almuerzo que vamos a hacer, te pedimos el pan de cada día a nuestro Señor Jesucristo: el pan de maíz, el pan de trigo. Él nos lo regaló. Ahora pedimos a nuestro Señor Jesucristo que nos divide: primero para los ángeles de este mundo y los ángeles del cielo, para todos los ángeles; y después nos divide a los hombres grandes y a las señoras grandes.
Dios Menhebil, Dios Espíritu Santo. Amén.
Oración 2:
Padre Santo, te pedimos tu santa bendición sobre este almuerzo que vamos a hacer. También le pedimos al Niño Jesús Nazareno, el rey del mundo que nació en Belén, en la ciudad de Jerusalén, hijo de la Virgen María, también le pedimos a él, hoy en la mañana, el pan de cada día; ya nos lo concedió.Ahora le pedimos a él que nos bendiga este almuerzo y que nos divide: primero, a los ángeles de este mundo y los ángeles del cielo, porque los ángeles todavía no llegarían su fuerza para hacer su lucha de ellos; nosotros ya estamos hombres de edades, tenemos obligación de hacerla, nuestra lucha, para darle el bocado a los niños.Y también le pedimos al Niño Jesús que lo divide a los apóstoles del Padre Jehová y los apóstoles del Niño Jesús, hasta su mamacita que se encuentra en el paraíso de nuestro Padre. Señor escúchanos, desde el paraíso estamos elevando nuestras palabras para que nos oiga todos los apóstoles.Y también le pedimos a nuestro Jesús que lo divide también a los regadores de la tierra, porque si no vienen a regar la tierra no tenemos nada que comer. De manera que viene a regar la tierra, que es San Miguel Arcángel.Y también le pedimos a nuestro Jesús que lo divide también a los cuidadores de la tierra, que son los tatabalanes de la tierra; también le pedimos para ellos.Ya de último, pedimos el de nosotros, hombres de edades, señores de edades; que nos lo divide para todo el mundo, Señor mío.En el nombre del Dios Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, Amén Jesús.
Oración 3:
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Escúchanos Señor, nosotros somos sus corderos, somos hijos de Dios. Señor Jehová, desde en tu paraíso te llamamos tu nombre. Allá te encuentras, allá con nuestro Niño Jesús Nazareno, allá estará también con todos sus apóstoles, tus apóstoles están juntos, y la mamacita del Niño Jesús, que es la Virgen María, que es Madre de Dios. Todos los vamos a invitar. Y también allá están los regadores de la tierra.Niño Jesús, usted te pedimos el pan de cada día, hoy en la mañana; y te pedimos el almuerzo, la vianda, los centavitos, la miel de abejas, salud de las abejitas, y maíz, árboles frutales, te pedimos la fruta, arroz, de todas las semillas que se siembran en esta tierra. Te lo pedimos, Señor. Estamos muy contentos, agradecidos, de que unos compañeros, ahorita, están tocando su maicito, que, aunque está muy tierno, lo están tocando.Te pedimos a nuestro Jesús que nos divide nuestro almuerzo. Primero, a los ángeles de este mundo y los ángeles del cielo para todos los ángeles.Y también le pedimos al Niño Jesús, al rey del Mundo que nació en Belén, en la ciudad de Jerusalén, hijo de la doncella María, también le pedimos que lo divide a los apóstoles del padre Jehová, porque el apóstol del Padre Jehová comió de este pan, pan de trigo, pan de maíz; lo comieron también San Juan, San Juan de Dios es apóstol de nuestro Padre; San José es apóstol de nuestro padre y quedaron de apóstoles de Nuestro Jesús. Y Jesús, pedimos a nuestro Jesús, que lo divide a los apóstoles del padre Jehová y los apóstoles del Niño Jesús, y su mamacita que se encuentra en el paraíso.También le pedimos al Niño Jesús que lo divide a los regadores de la tierra; porque sí sabemos que hay trabajadores del cielo para la tierra, porque si no lo hay, nosotros nada podemos valer, porque nosotros sembramos y no lo podemos regar.Señor mío, divídenos a los apóstoles del Padre Jehová y los apóstoles del Niño Jesús.Y también le pedimos al Niño Jesús que lo divide, también a los cuidadores de la tierra; porque sí los hay, nada más que nosotros no llegaría el tiempo de encontrarlo en movimiento de ellos, pero sí lo hay.Y de último pedimos el de nosotros, hombres de edades, señoras de edades, que nos lo divide nuestro almuerzo para todos nosotros en este mundo.Porque nuestro Jesús multiplica este almuerzo y tenemos un sentimiento: lo que sufrió nuestro Jesús.Porque qué lindo estaría el hombre que está andando nuestro Jesús dentro de nosotros, qué alegría debemos de estar en nuestro corazón.En el nombre de Dios Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén Jesús.