Llegó el final de la serie original de Netflix más querida. Orange is the new black vuelve a mostrarnos cuán inteligentemente política, energéticamente divertida y devastadoramente dramática puede llegar a ser. Ésta es la temporada de los reencuentros y de los cierres, cierre a cada una de las historias que vinieron desarrollando de manera cuidadosa, cruda y real a lo largo de los años. En ésta temporada van a ver el lado más humano de las convictas y el lado mas cruel de la cárcel y la vida post cárcel. Las problemáticas sociales son explotadas para que la impotencia los sumerja en una montaña rusa de emociones. El final de la serie es una carta de amor a los fans (me incluyo). Carta que van a leer entre risas y lágrimas. Sobre todo lágrimas porque si hay algo de lo que es partidaria OITNB es de concientizar con su minucioso guión y un elenco extremadamente inclusivo y talentoso. No se preocupen, es un final justo y bien plantado que retoma todas la temporadas anteriores para darles un abrazo y dejarlas ir de la mejor forma (A vos te estoy mirando, Game of thrones). El cierre de la serie es dramático, divertido, crudo, ingenioso pero sobre todo real. Gracias por tanto y perdón por tan poco. Orange is the new black forever.
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