Pequeña criatura, la esencia más pura va en frasco pequeño (…) Pequeña Criatura, Ismael Serrano
Hay a diario en Orchha, un lugar situado entre Agra y Varanasi -para situarnos-, una ceremonia de adoración a los dioses. Cuando vamos, somos los únicos extranjeros y tímidamente, me coloco en la fila de mujeres que esperan su turno. Sus miradas curiosas, como es habitual en India, se posan sobre mí y les devuelvo una sonrisa que busca su confianza. Siento complicidad con ellas a pesar de no dirigirnos una sola palabra. Llegado el momento de avanzar, su fervor religioso es apabullante; todos se unen deseosos de dejar su ofrenda y presentar sus respetos al Dios Rama, en este caso. A una cierta distancia -insalvable en el plano espiritual- disfruto de un momento tan lleno de vida.
La cita fue a las ocho de la mañana en el Ram Raja Temple, situado en el corazón de esta pequeña ciudad de casi 10.000 habitantes. Pegado á él está el Chaturbhuj Temple, realmente impresionante exteriormente y uno de los tantos templos que hay en la zona. La razón de todos los lugares tan maravillosos que vamos a ver en Orchha es que en el pasado tuvo una prosperidad y un peso político mayor. Diferentes rajás construyeron del siglo XVI en adelante un importante patrimonio en connivencia con los reyes mogoles, a los que invitaba a disfrutar de tales delicias. Hoy el encanto de la ciudad es consecuencia de aquel esplendor pero también un lugar verde, tranquilo y amable que personalmente me encantó.
Los monumentos más impresionantes de Orchha
Sin duda el mayor complejo está en el fuerte de Orccha, cerca también de los templos ya visitados, ya que en esta ciudad está todo muy a mano. Una vez dentro del recinto amurallado, podemos visitar el palacio Jahangir, un monumento bastante grande, creado en honor al emperador mogol homónimo y hoy venido a menos. Además de un interesante encuentro entre el arte indio y musulmán, el edificio está situado en un precioso enclave natural que redondea la visita.
Por su parte, el palacio real o Palacio Raj Mahal parece más sencillo pero me llevo una buena sorpresa en sus salas interiores. En ellas, se pueden observar bien conservados varios mosaicos sobre las diferentes reencarnaciones de Visnu. Uno de ellos es Buda, que se puede apreciar con claridad.
La sorpresa: los cenotafios reales
Pero quizás porque no me lo esperaba o porque al atardecer todo tiene siempre un halo especial, si hubo una zona de la pequeña Orchha que llamó especialmente mi atención fueron los cenotafios reales de la ciudad. En la parte posterior al pueblo, algo alejados, están los monumentos a los reyes caídos. Son esbeltos, majestuosos y hermosos como en otras ocasiones en que los vimos, aunque diferentes de los de Udaipur o Jaisalmer para más sorpresa. Además, la zona ajardinada está cuidada y decenas de martines pescadores –ese pájaro de verde tan llamativo común en India y que da nombre a su popular cerveza- y buitres merodean la zona. Paseando por ellos vimos caer el sol.
Justo al lado, está el río, siempre tan importante en India, ya que el agua tiene también su componente religioso, y en torno a él hay también vida. Si el Betwa tiene suficiente caudal, se puede hasta dar un paseo en kayak. No fue nuestro caso, que tan solo nos sentamos en las escaleras que bajan hacia las aguas, el también popular ghat en India, para pasar el rato. Un paréntesis en la locura india donde apenas pasó nada. ¡Curioso, desde luego!Para cerrar el capítulo de visitas en Orchha, visitamos el Laxmi Temple, templo de adoración a la mujer de Visnu, situado a las afueras y bastante llamativo también. No está mal para una pequeña ciudad que se vertebra en torno a una calle principal y la plaza donde están situado los principales templos. Allí hay un mercado con todo tipo de cosas, comestibles o no, y cientos de personas.
También se puede seguir paseando, inmiscuyéndonos en la vida tranquila y fachadas coloridas de Orchha, tropezando con alguna vaca varada en la calle o la mirada de quién no está acostumbrado a ver a nadie por allí. También vimos puestos religiosos espontáneos con la música muy alta y los niños invitándonos a participar. El lugar es también punto de peregrinación religiosa en el país y eso es bien palpable. Orchha es realmente encantadora.
Datos prácticos
Nuestro alojamiento: Este alojamiento en Orccha fue un capricho, pues hasta hace bien poco era el mejor de toda la zona. No obstante, si os apetece una experiencia especial, no es tan caro, ya que es realmente precioso y merece la pena. El Amar Mahal es un hotel de tres estrellas, situado cerca de el meollo principal de Orchha, aunque hay que andar un poquito.
La construcción del complejo es tradicional y con un gusto exquisito, disponiendo además de amplias habitaciones y espacios exteriores cuidados al detalle. Por si fuera poco, dispone de una piscina perfectamente integrada en el ambiente y súper cómoda. Un alojamiento para disfrutar sin duda de él y del lugar en que se encuentra. Tiene también vistas a los templos, completando así todas sus virtudes.
Dónde comer/beber: Orccha, aunque mucha gente la obvia al ir a India, es bastante turística. Por eso, sobre todo en la calle principal y alrededor de los monumentos más conocidos hay bastantes opciones para comer. Bien y barato. Suele haber cerveza.
A tener en cuenta: En la época que yo fui –septiembre- recién caída la noche Orccha se llenaba de bichos inofensivos pero bastante desagradables porque estaban por todos los lados. Por eso, recomiendo comer en un restaurante cerrado. Una pena porque hay dos terrazas con buen ambiente…
Cómo moverse: llegamos a Orccha con nuestro conductor y guía contratados desde España y con comunicaciones en castellano. Como he comentado anteriormente, todo salió a pedir de boca con ellos y de hecho, nos encontraron los mejores alojamientos al mejor precio.
Para contactar con Shyam Tours podéis hacerlo en el email [email protected]. En cuanto a lo que queréis para vuestro viaje, son flexibles y ofrecen todo tipo de opciones.
Otras visitas en La India: Ya avanzamos otros artículos de la India, como los de impresiones sobre el país, confusiones derivadas de su cultura, así como como anteriores paradas: Ankleshwar, Udaipur, Mont Abu, Jodhpur,Jaisalmer, Bikaner, Agra y Jaipur. Fue un viaje de 25 días, completo y súper interesante donde nos hicimos una buena cuenta de estas zonas del norte del país. ¡Y lo que disfrutamos!