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Orden y concierto.

Publicado el 11 diciembre 2011 por Bypils @bypils

El arte de ordenar los armarios y sobrevivir a la tarea.

Orden y concierto.
Cada uno tiene su nivel de orden y concierto.  1)Hay quien tiene los armarios hechos un lío. Es un caos, que pretende ser ordenado, porque el que lo estructura, te asegura que sabe dónde están todas sus cosas. El tipo 2) es un ordenado fluctuante. Esto quiero decir que hay momentos en que su armario está perfectamente ordenado pero, con el transcurrir de la vida diaria ( saco esta camiseta y se me desmorona el montoncito, no encuentro el jersey concreto-quiero-ese y voy sacando todos los que no son el concreto-quiero-ese y los vuelvo a colocar mal, etc...) Los que pertenecen a este grupo, saben lo que es “ir ordenando”. Periódicamente, deben poner orden en el mini-caos. Cuanto más tarden, más grande es el lío…

Finalmente el 3) : el ordenado-que-siempre-lo-mantiene-ordenado. En esta tipología, puedes encontrar grados de “orden”, siendo ya un ejemplo de la perfección máxima, los que ordenan por temporadas , tipo de ropa y colores.

Orden y concierto.
Me confieso ser un miembro claro del grupo 2 aunque ya, con muchos momentos “ordena armario” a cuestas que, no me han servido para saber hacerlo sin agobiarme y ponerme ¿histérica? ; – ) . En este caso, el orden se ha debido a  una ampliación de armarios en casa. Más espacio y mejor. Me he propuesto tener un “orden y concierto” en la ropa, de tal manera que se accesible visualmente ( he ido descubriendo prendas, arrinconadas , enterradas y olvidadas) y t-i-r-a-r todo lo que sé que debo tirar hace años.

He vivido todos los momentos angustiosos que tiene ese traslado de ropa ( y su selección). Primero, lo acometes con ilusión. Aquí las camisetas blancas, aquí las botas , aquí los complementos…. Pero, de repente, hay ropa esparcida por la /s cama/s , cosas que se van a un montoncito de “no -sé- qué -hacer” y otras, que se pasan a bolsas para “dar”.

En el momento que te das cuenta que tienes ropa para tres vidas completas, ya es tarde. Está todo por ahí fuera, esperando nueva ubicación o la condena definitiva. Hasta esa fase, has seguido tus propias órdenes organizativas, pero cuando la ropa se te empieza a comer, literalmente, empiezas a violar normas sagradas ( ¿No habíamos quedado que este cajón es para tirantes? ¿Por qué hay camisetas de colores?). El tiempo va pasando, te empieza a doler la espalda y ves que aquello no se acaba nunca.

El esfuerzo, requiere de un monumental trabajo de concentración. Empiezas a ver la luz, cuando se preparan las bolsas de ropa que desaparece y , muy importante, se ubican lejos de los armarios. Al ladito de la puerta. Una vez rechazadas, esas prendas ( y su volumen) molestan profundamente. Hay que tener la paciencia final para no dejarse llevar por los restos. Se suelen unificar todas esas cosas que te crean indecisión y se ponen en una zona del armario. Es como un apartado de “pendientes”. Lo malo es que seguirán siendo pendientes” el resto de tu vida…

Orden y concierto.

Cuando ya ,deslomada, acabas la tarea , no puedes evitar mirar y remirar tus armarios ordenados.Y no te digo ponerte a dar saltitos, tipo anuncio Heineken , pero casi…

Voy a intentar pasarme al Grupo 3, a ver si me dejan… ; – )

N. B :Las fotos son del armario de Mariah Carey

 


Filed under: Actualidad, blogs, Humor, Ideas, moda Tagged: Actualidad, armario, Humor, Ideas, orden, organización, Reflexiones
Orden y concierto.

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