Los ordenadores de sobremesa son equipos informáticos pensados para utilizarse en una ubicación fija, como puede ser un escritorio, una mesa o un mueble. Aunque, a menudo, se asocian con torres de gran tamaño, lo cierto es que en los últimos años se ha producido una gran evolución en su diseño, desarrollándose equipos con dimensiones mucho más reducidas.
Los ordenadores de sobremesa son ideales tanto para el hogar como para comercios y oficinas. Suponen la plataforma perfecta para muchos jugadores de videojuegos, así como una magnífica alternativa para reproducir contenido multimedia en el salón. Realmente, existen modelos adecuados prácticamente para cualquier tipo de usuario.
A la hora de comprar un ordenador de sobremesa, es fundamental que tengas en cuenta una serie de cuestiones importantes. No olvides que existen distintos modelos de ordenador de sobremesa y que no todos ofrecen las mismas prestaciones.
Antes de elegir un ordenador, tienes que tener claro qué uso vas a hacer de él. A partir de ahí, los principales componentes que tienes que tener en cuenta son el procesador, la memoria RAM, las unidades de almacenamiento, la placa base y la tarjeta gráfica.
Un usuario avanzado, seguramente preferirá diseñar su propio equipo eligiendo los componentes que mejor se adaptan a sus necesidades y a su presupuesto. Por el contrario, un usuario menos experimentado lo más seguro es que prefiera apostar uno ya ensamblado.
Como ocurre con la fuente de alimentación, a la placa base a menudo no se le concede toda la importancia que merece. A ella se van a conectar todos o casi todos los componentes. Por eso, es fundamental que te asegures de que la placa que integra el equipo que adquieras sea de buena calidad y de que en el futuro te va a permitir realizar las ampliaciones que precises.
Es recomendable elegir una placa base que tenga slots de memoria. Esta es una característica clave que te será útil en caso de que necesites ampliar la capacidad de éstas en el futuro. Lo mejor es que tenga cuatro, aunque dos podrían ser suficientes. Por otro lado, es bueno que te asegures de que incluya varios puertos USB 2.0 y 3.0, y mejor si tiene conexión HDMI, USB Type C y Bluetooth.
ProcesadorLos dos principales fabricantes son Intel y AMD, siendo las prestaciones de sus chips bastante similares. Por ello, en lo que debes fijarte es en las características del procesador. Lo primero que tienes que considerar es la arquitectura en la que está basado y la generación a la que pertenece. Además, debes considerar el número de núcleos y su frecuencia de trabajo.
En ese sentido, te conviene distinguir entre la frecuencia de base y la turbo. Esta última es la que la máxima que puede alcanzar uno o más núcleos bajos ciertas condiciones de trabajo. Otro aspecto interesante es si el procesador cuenta con tecnología multihilo. De ser así, cada núcleo podrá gestionar dos procesos de forma simultánea.
Memoria RAMEn la actualidad, la memoria RAM no es un componente que encarezca especialmente un ordenador. Sin embargo, tiene una gran influencia en el rendimiento de un equipo, especialmente en juegos y en multitarea. Además, se puede ampliar fácilmente. Por ello, nuestro consejo es que apuestes por un ordenador con, como mínimo, 4 GB de memoria RAM.
En el caso de que vayas a utilizarlo para jugar a videojuegos, no deberías pensar en menos de 8 GB de RAM. Por otra parte, no todas las memorias RAM son iguales. Así, la última versión y, por tanto, la que mejores prestaciones ofrece, es la DDR4 SDRAM. De estas, los modelos más potentes pueden trabajar hasta a 4.600 MHz.
Si quieres el ordenador para tareas de ofimática, para navegar y para reproducir contenido multimedia, puedes tener suficiente con un equipo que cuente con una gráfica integrada. Por el contrario, si lo quieres para jugar o para tareas de diseño gráfico, te conviene optar por un equipo con una gráfica dedicada, ya sea NVIDIA o AMD.
Las más populares y las de mayor calidad y potencia son las de NVidia, pero también las más costosas. Debes saber también que estas tarjetas cuentan con una determinada cantidad de memoria RAM que es independiente de la del ordenador.
Disco duro o unidad SSDNo hay mejor apuesta que la apuesta sobre seguro. De ahí que, de cara a elegir entre un disco duro tradicional y una unidad SSD, lo mejor sea optar por una opción que combine a ambas. Las unidades SSD ofrecen una mayor velocidad de acceso y de transferencia de datos, si bien su precio aún es más elevado que el de los HDD.
Si quieres el ordenador de sobremesa para realizar trabajos de ofimática y para navegar en Internet, te bastará con un disco HDD con capacidad de 500 GB o de 1 TB. Si eres un usuario intermedio, quizá te convenga un disco SSD de 256 GB de capacidad porque son más rápidos. Y si eres un usuario que le da un uso exigente a la máquina, quizá lo más conveniente sea utilizar una combinación de discos: uno HDD de 1 TB como mínimo y uno SSD de 256GB.
Otro aspecto que debes considerar en un ordenador de sobremesa pequeño y sobre todo en los grandes es el sistema de ventilación o refrigeración. Porque la correcta disipación del calor es fundamental para que el equipo pueda rendir al máximo.
Por lo general, el enfriamiento se realiza gracias a los disipadores, que son grandes placas de metal que se ubican encima del procesador o del chip gráfico, y a los ventiladores. Los procesadores suelen contar con su propio disipador, pero como este es básico, es mejor asegurarse de tener uno potente añadiendo un ventilador extra de ser necesario.
Al momento de comprar uno de estos equipos también deberás saber qué sistema operativo quieres usar.
Sin embargo, debes tener en cuenta que algunos ordenadores de sobremesa pueden venir sin sistema operativo. Esto significa que tras la compra del equipo serás el encargado de instalar el sistema que te parezca más conveniente. También puedes elegir un equipo que ya tenga un sistema instalado, de manera que no tengas que preocuparte por eso.
También conocidos como periféricos, son los elementos que necesitarás para poner a funcionar el ordenador de sobremesa. Entre estos se incluyen el monitor, teclado, ratón, altavoces, impresora, cámara web, entre otros. Los tres primeros son fundamentales, mientras que los demás son complementarios, pero te asegurarán una mejor experiencia.
¿Cuánto cuesta un ordenador de sobremesa?
Los ordenadores de sobremesa tienen precios variados dependiendo del tipo de disco duro que incluyan, de su capacidad, de la memoria RAM, del tipo de procesador y de tarjeta gráfica (si la incluyen).
Para que te hagas una idea, estos equipos se pueden encontrar en un rango de precios que oscila entre los 200 y los 700 euros.
Los ordenadores de sobremesa actuales poco tienen que ver con esas aparatosas torres blancas que invadieron los escritorios de la mayoría de los hogares hace un par de décadas. Hoy en día, son equipos mucho más potentes, con diseños mucho más elegantes y atrevidos, pero sobre todo mucho más variados.
De este modo, existen multitud de modelos, cada uno de ellos orientado a un perfil de usuario, si bien conservando una de las principales señas de identidad de los ordenadores personales: su versatilidad. Por ello, antes de adquirir uno es fundamental que tengas claro cuál va a ser el uso principal al que va a estar dedicado.