Las decisiones que ha tomado el Presidente Trump en apenas unos días, plasmadas en órdenes ejecutivas, desde que ocupa la Casa Blanca, han puesto de manifiesto su forma de gobernar honesta. Ya ha cumplido buena parte de sus más importantes promesas electorales, como sacar a Estados Unidos del TPP y renegociar NAFTA; ha firmado órdenes ejecutivas para derogar y sustituir el Obamacare por otro sistema sanitario mejor; para impulsar los oleoductos Keystone XL y Dakota Access; para empezar la construcción del Muro con México, suspender los visados para Siria, Irak, Irán, Libia, Somalia, Sudán y Yemen; medidas comerciales y en materia de impuestos para traer los empleos industriales de regreso a Estados Unidos, en concreto los empleos del sector automovilístico. La acción de gobierno del Presidente Trump ya ha permitido salvar y garantizar 1.3 millones de empleos, y apenas estamos empezando la Presidencia.
La batería de medidas alcanza también a las reformas en la comunidad de inteligencia, la guerra contra el islamismo radical y la nominación de un juez para el Tribunal Supremo, que se dirimirá entre los conservadores Neil Gorsuch, Thomas Hardiman y Bill Pryor.
El Presidente Trump ha tenido la valentía política de encargar una investigación de los fraudes electorales que han permitido votar a entre tres y cinco millones de inmigrantes indocumentados; votos que van al Partido Demócrata, que por eso los ha consentido y amparado.
El trabajo del Presidente Trump ha sido impresionante y un ejemplo de cómo se puede y se debe cumplir con las promesas electorales. La anunciada rebaja de impuestos para empresas y ciudadanos habla también por sí sola de una agenda económica eficaz, muy lejos del intervencionismo del gobierno y basada en una filosofía conservadora que siempre ha permitido a este país crecer y prosperar.
La guerra del Presidente Trump contra los medios de comunicación deshonestos que siguen ninguneando sus éxitos y haciendo campaña sucia contra él, es otro de los frentes en los que este Presidente va a dar la batalla y va a ganar también. Al día de hoy, millones de personas en todo el mundo ya saben que los medios y los lobbies que los apoyan tratan de hundir y desprestigiar al Presidente Trump y su gobierno, lo mismo que hicieron con el Presidente Reagan en su día. Para ello cuentan con una amplia nómina de periodiprogresistas o periodisocialistas (no los defino como periodistas porque ese término les viene grande y sólo son meros manipuladores de información).
Además, el Presidente Trump es un provida activo y se ha encargado rápidamente de demostrarlo y de ponerse al frente de este movimiento social al firmar la orden ejecutiva que impide destinar fondos públicos para financiar abortos en el extranjero y dedicarlos a atender a mujeres desamparadas y niños necesitados. Una apuesta valiente por la América que defiende la cultura de la vida. No ha sido la única orden ejecutiva que ha firmado el Presidente republicano en estos primeros días de presidencia. 17 órdenes ejecutivas (hasta el pasado sábado) dan una idea certera de la rapidez y agilidad de su gestión, y de las ideas coherentes y sensatas que sustentan esas decisiones.
Donald J. Trump puede tener defectos, como todo el mundo, pero la indecisión no es uno de ellos. No ha dudado en afrontar abiertamente un tema tan controvertido como los interrogatorios a terroristas y yihadistas con técnicas mejoradas y eficaces, abriendo la puerta a los mismos si los especialistas y responsables consideramos necesario su uso. Una decisión acertada que pone la seguridad nacional en manos de profesionales por encima de criterios personales y tibiezas ideológicas. Al igual que la expulsión del país de los inmigrantes con antecedentes criminales, los cuales están detrás de algunos de los crímenes y actos violentos más salvajes de los últimos años. En contra de las acusaciones falsas de los medios socialistas, el Presidente Trump sólo va a expulsar a los inmigrantes criminales, no a los inmigrantes trabajadores, a los que aprecia, defiende y de los que recibe un gran apoyo.
Sus primeras decisiones al frente de la Casa Blanca han representado una inyección de optimismo inversor como no se conocía desde hace décadas y ha puesto el Dow Jones de Wall Street en máximos históricos de más de 20.000 puntos. Todo esto son éxitos tempranos en su gestión presidencial que han disparado sus índices de popularidad entre los americanos, que está en el 59% según encuesta reciente de Rasmussen Reports. ¡Y subiendo!
El liderazgo que está desplegando Donald Trump es el que se espera de un Comandante en Jefe fuerte y auténticamente patriota, que está sabiendo recuperar la primacía de los Estados Unidos y sus intereses nacionales. Como no podía ser de otra manera en esta primera semana de gestión presidencial impecable, este liderazgo se ha reflejado también en otras dos importantes órdenes ejecutivas firmadas en el Pentágono: una para reconstruir las Fuerzas Armadas, que implica más recursos de todo tipo: aviones, barcos, una nueva estrategia para algunas zonas conflictivas, como Siria, Afganistán o Irak. Y que representa una vuelta explícita a aquella política que acuñó Ronald Reagan con enorme éxito y que se resumía en el lema: "Paz a través de la fortaleza". Trump va camino de recuperar esa fortaleza militar, muy necesaria después de los gigantescos recortes que aplicó Obama. La segunda orden ejecutiva se refiere a imponer controles estrictos para verificar a los inmigrantes que llegan al país. El objetivo es mantener fuera de Estados Unidos a los terroristas islamistas, que tanto daño han hecho en estos años y que pueden hacer si no somos diligentes y firmes con este tema.
El otro gran frente de lucha de la Administración republicana es enfrentar a los medios y periodistas que manipulan y sesgan la información, cuando no la falsean abiertamente, para atacar al Presidente Trump. Es una lucha que permanece abierta porque esos medios de comunicación, que defienden tesis socialistas, siguen sin asimilar la victoria del candidato republicano, que los hace frente como nadie lo ha hecho hasta ahora. Nuevos medios y profesionales más independientes son aliados inesperados en esta guerra contra una prensa anclada en el pasado que busca desesperadamente imponer sus criterios a la sociedad y tener una influencia sobre el gobierno norteamericano que ha perdido, toda vez que su candidata, Hillary Clinton, hizo un ridículo espantoso por más que la apoyaron.
En suma, el presidente Trump está marcando rápidamente el ritmo de la nueva Administración con decisiones firmes y acertadas a través de órdenes ejecutivas que han eliminado el desastroso legado de Obama para iniciar una etapa en Estados Unidos que recupere su senda histórica y su grandeza, así como una renovada prosperidad y liderazgo internacional.
Las próximas órdenes ejecutivas que firmará el Presidente Trump ya se están preparando: reducción de las aportaciones de Estados Unidos a organismos internacionales que son ineficaces o requieren reformas, como la ONU o la NATO (OTAN), organizaciones que apoyan de alguna manera a la Autoridad Palestina, Irán, Corea del Norte, organizaciones terroristas, creación de zonas seguras para refugiados, autorización de nuevas operaciones de inteligencia, reformas en la comunidad de inteligencia, la revisión de los tratados internacionales firmado o en trámite, etc.
Tan cierto como que amanecerá de nuevo, el Presidente Trump rubricará nuevas órdenes ejecutivas y pondrá en marcha otras iniciativas gubernamentales ante la satisfacción de sus millones de votantes y el desespero hilarante de los medios socialistas protegidos por los grandes lobbies.