El anime se basa en el manga de Kazune Kawahara, que se encarga del guión y que os sonará de Koukou Debut o Aozora Yell. El dibujo corre a cargo de Aruko, una mangaka sin una obra realmente destacable antes de ésta. De momento lleva 9 tomos, sigue abierta y el anime abarca hasta su capítulo 32, por lo que aún tendrían bastante material para adaptar en caso de hacer una segunda temporada.
Argumento
Takeo Gōda es un estudiante de instituto, alto y musculoso que parece mucho mayor de lo que es. Nunca ha tenido mucha suerte con las chicas, ya que todas las que le han gustado, desde su más tierna infancia, han terminado enamorándose de su mejor amigo y vecino, Makoto Sunakawa, un chico muy atractivo, amable pero bastante frío que siempre ha rechazado a esas chicas ya que no está interesado en el amor en lo más mínimo.Un día, de camino a clases, Takeo salva a Rinko Yamato de un pervertido en el tren. La joven, tímida y muy dulce, quiere devolverle el favor haciéndole unos pasteles y el grandullón no puede evitar caer enamorado, aunque todo parece indicar que ella también ha caído bajo el hechizo de Suna... o tal vez esta vez el gigante y su corazón de oro sea correspondido.
Reseña
Historias como éstas, que se presentan como una parodia del género, aunque antes o después caigan en mayor o menor medida en aquello que ponían en tela de juicio, siempre ha habido y, cada cierto tiempo, una destaca por encima incluso de shôjos más puros. Conocidos por estas tierras hemos tenido LoveCom, Instituto Ouran Host Club o las obras de Ai Morinaga. Quizás es con la primera con la que mayor paralelismo se puede hacer dado el contraste físico que también había entre aquella pareja protagonista.En las series shôjo que transcurren en institutos y no tienen componente fantástica hay cierto "peligro" una vez que la pareja protagonista empieza a salir: que a partir de ese punto se convierta en un slice of life romanticón sin gran cosa que aportar. Y esto pasa aquí y, por desgracia, demasiado pronto. La serie se convierte así es una sucesión de pequeños arcos argumentales, inconexos en su mayoría, con terceros que se enamoran de la pareja y se interponen en la relación con poco éxito, algún episodio dedicado a secundarios que tampoco permiten profundizar demasiado en ellos, un viaje a la playa, el primer beso, las fiestas clásicas de Navidad, San Valentín, cumpleaños... La parodia se pierde para ofrecer lo que ya hemos visto miles de veces salvo por el matiz de darle un toque cómico que va desapareciendo a medida que avanzan los capítulos a cambio de puro azúcar. Ha llegado al punto que ver un capítulo del tirón me suponía tal empacho de buenismo y cursilería que no lo soportaba sin pausar.
Hay que reconocer que la serie mantiene el tipo gracias a los gags, a lo bueno que es Takeo como protagonista y al sentido común de Suna. Sin embargo, conforme iba viendo capítulos, más cuesta arriba se me hacía, hasta el punto que el último mini-arco, con un pastelero que se enamora de Rinko, estuvo a un paso de hacer que la abandonase o que saltase a ver los últimos minutos. En este sentido, hay otras series que tienen dos temporadas (como mínimo) y que el corte a mitad les sienta como una patada. Pues a Ore monogatari!! y sus 24 capítulos le ha pasado al revés, le habría venido muy bien dejarla reposar unos meses antes de seguir con su segunda mitad. O incluso que hubiesen sido unos OVAS que sólo abarcasen el inicio. No se me va de la cabeza la idea de que el manga era la clásica historia pensada para tomo único que el éxito cosechado la ha llevado a un alargamiento indeterminado.
Y aquí llegamos al, probablemente,mayor lastre de la serie: su protagonista femenina, Rinko. Es un personaje puro, inocente, bueno y ñoño hasta límites estratosféricos. Es tan perfecta que no es creíble. Si no fuese porque tiene una gran determinación y porque es la que motiva los mayores avances en la pareja, no habría por dónde cogerla.
También me parece importante detenerme en Suna, al que le echamos mucho de menos una mayor profundización pues, como bien dice Magrat en su reseña, no pasa de ser un sujetavelas que aconseja a uno u otra y, de vez en cuando, se le ve leyendo. Uno de los últimos arcos de la serie, dedicado a una chica que lleva enamorada de él casi toda su vida, habría podido servir para ver más allá de la máscara impasible que siempre tiene, pero no cayó la breva. A pesar de todo, es el mejor personaje de la serie.
Pero como decía, son los gags, la mayoría protagonizados por Takeo los que evitan que se hunda la serie. Su físico, altura y músculos, esconden un tipo con un enorme corazón y fe en las personas. Es el que marca la diferencia con tantos otros shôjos. Más que por su relación romántica, la amistad con Suna es lo que mejor funciona.
Poco más que decir. Un anime visualmente bonito, con puntos cómicos y, en general, entretenido. Sin embargo, no era lo que esperaba por todos los problemas que he ido comentando. Lo mejor que tiene es su arranque y, a partir de ahí, algunos capítulos puntuales que son geniales pero que van escaseando según se avanza. Sí que recomendaría que le echarais un ojo al inicio y ya decidís si la seguís. En caso afirmativo, no intentéis hacer maratón, pues acabaríais empachados de azúcar.