Se acabó lo que se daba. La Navidad, la Nochevieja y los Reyes Magos han pasado volando, como cada año, y ya sólo nos queda la resaca, algunos kilos de más y algún dinerillo menos. Las calles se han desnudado y El Corte Inglés ya anuncia las rebajas. Los árboles de Navidad que siguen en algunos balcones han quedado muy desfasados. Ahora toca guardar lo que ha quedado de estas fiestas y empezar a asumir la cuesta de enero. Y en mi casa además, toca organizarnos.
Es algo que llevo procrastinando desde hace tiempo. Primero porque me cambiaba de casa, luego porque estuve liada con la mudanza,después porque estaba tan embarazada que no me sentía con ganas,entonces nació C, y más tarde que si llegó el bautizo de C, que si la Navidad…en fin, ¡que no ha habido manera! Pero este año toca. Y me toca ordenar y organizar tantas cosas que hasta he decidido inaugurar una sección en el blog sobre la materia.
PRIMERA ENTREGA: EL BOTIQUÍN
¿Dónde demonios están las tiritas?
Está claro, la salud es lo primero, por eso he pensado que es una buena idea inaugurar la sección explicando cómo organizo el botiquín en casa. Suelo hacer limpieza de medicinas por lo menos dos veces al año. Una antes de las vacaciones de verano y otra en enero. Cuando nos vamos de vacaciones me gusta llevarme un pequeño botiquín, y cuando lo preparo suelo aprovechar para deshacerme de los medicamentos caducados. Enero es el mes del orden en casa, así que también vacío el cajón de las medicinas y me deshago de todo lo que está caducado. Si ese año, además, en casa ha habido epidemia, entonces también suelo aprovechar para hacer un poco de orden, más que nada para hacer sitio a los nuevos medicamentos.
Lo que suele pasar en casa es que vamos acumulando pastillas, pomadas, jarabes y demás en el cajón de las medicinas sin ton ni son. Entonces llega el día en el que nos ponemos enfermos y nos preguntamos…¿Teníamos tal o cuál medicamento en casa? y como no lo encontramos lo volvemos a comprar, para darnos cuenta un poquito más tarde que sí teníamos la droga en cuestión en el cajón. Y reacumulamos. Por eso decidí elaborar una lista. Así de simple. Una lista con los medicamentos que tenemos. Una lista que al principio era un simple papel con nombres de medicinas escritas a mano, y que se ha ido sofisticando hasta convertirse en un Excel con cantidades aproximadas, fechas de caducidad y breve explicación del medicamento. Esta tontería nos ha salvado de muchos dolores de cabeza (literalmente) porque así, cada vez que acudimos al cajón, en vez de revolverlo entero, consultamos la lista para ver si tenemos de eso o de aquello. ¡Y el sistema nos funciona!
Os hago una captura de la lista, por hay algún friki como yo que me lee y quiere copiarme…¡Hasta la próxima entrega!
Lista de medicinas