Recientemente, he leído varias noticias relacionadas con el tema:
vaginas artificiales creadas en el laboratorio e implantadas a cuatro
mujeres, cartílago fabricado a partir de biopsias y utilizado para
reconstruir la nariz… Todo lo cual viene a sumarse al reciente anuncio en la revista PNAS de que investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Duke han logrado crear músculo artificial en roedores.
Hasta
ahora, el músculo se había resistido a los intentos de fabricarlo en el
laboratorio, al menos tal y como se ha conseguido ahora: un músculo
que, al ser implantado a un animal vivo, sea capaz de crecer y
regenerarse, además de contraerse con una fuerza similar a la del
músculo de ratas recién nacidas. Uno de los videos que acompañan al artículo habla por sí solo.
El
secreto del éxito de estos investigadores ha sido, al parecer, la
utilización de una estrategia nueva. Por un lado, utilizar músculo
previamente madurado en el laboratorio a partir de células madre
musculares. Por otro, incluir estas mismas células madre en el implante.
Así, resulta que el músculo maduro actúa como un almacén natural donde
las células madre musculares pueden sobrevivir y ponerse en marcha
cuando sea necesario. Al implantar estos fragmentos de músculo en los
ratones, los científicos comprobaron que se llenaba de vasos sanguíneos,
e incluso se regeneraba después de haber sido lesionado con un veneno
de serpiente.
Ya se ve que cada vez estamos más cerca de ver hecha realidad aquella escena de Blade Runner
en la que aparece la tienda de ojos de Hannibal Chew. Bueno, a decir
verdad quizás todavía tengamos que esperar bastante para conseguir,
precisamente, ojos.