Revista Cultura y Ocio

Orgullo y prejuicio

Publicado el 07 febrero 2020 por María A. Ayuso @MariaysuMundo
Querido señor Bennet, 
Sirva esta carta como agradecimiento por haberme alojado en su hogar durante una semana y conocer a su estupenda, singular y divertida familia. Estos días lo he pasado muy bien gracias a sus ocurrencias, sus bailes, sus paseos y sus visitas. ¡A mí también me encantaría tener esas ocupaciones a diario!
Me ha agradado mucho poder instalarme en su casa de Netherfield y estudiar la singular personalidad de sus cinco hijas y su esposa, la señora Bennet. Jane, Elizabeth, Mary, Catherine y Lydia son unas muchachas estupendas, sobre todo Lizzy, la más cabal de todas. Se nota además que es una muchacha lista, leída y que no se deja engatusar facilmente por esos hombres con casaca y sin galones que han estado pululando por su casa. Estuvo a punto de caer, pero eso nos ha pasado a todas alguna vez. Más vale una rectificación a tiempo que una mala vida para la posteridad. A la pobre Jane casi le arruinan la vida por las malas lenguas (¡qué mala y envidiosa que es la gente!) y qué le voy a contar de Catherine y Lydia que usted ya no sepa. En fin, son jóvenes y alocadas y con esa edad que te lleven a un baile y te hagan promesas, impresiona mucho. Durante mi estancia en su casa, me he dado cuenta de que las dos mayores distan mucho de las dos pequeñas. Al menos Mary sirve de escalón entre unas y otras. Pobre Mary, es complicado ser un verso suelto en una sociedad como la suya.

ORGULLO Y PREJUICIO

Fotograma de 'Orgullo y Prejuicio' (2005)

Pero igual que le digo una cosa, le digo otra: no me gusta el señor Collins. Ser insistente no es lo mismo que ser persistente, y eso se lo puede decir usted a su familiar de mi parte. No me gustó ni su forma de mirar, ni su forma de actuar, ni sus ademanes. Lizzy le vio venir a kilómetros de distancia. Chica lista. 
Y hablando de Lizzy... ¡Qué buenas migas ha hecho finalmente con el señor Darcy! La verdad es que él es de carácter difícil y al principio, no pintaba bien la cosa, pero en realidad es que están hechos el uno para el otro. Se entienden bien y creo que con el tiempo formarán una estupenda pareja. Como en todas las relaciones -bien lo sabrá usted y su esposa- al principio cuesta un poco encajar con la otra persona, pero se entenderán bien. Es una gran suerte de el señor Darcy y el señor Bingley sean amigos, así las hermanas también estarán contentas y se verán a menudo. Es una gran suerte. 
Al final, mi muy querido señor Bennet, todo se va poniendo en su sitio. Cuando llegué a su acogedora casa, le preocupaba su maltrecha economía y mire por donde, todo se ha arreglado. Espero que su esposa esté más tranquila y que Mary por fin pueda aporrear el piano como sólo ella sabe hacerlo. Algún día perdonará a Lydia y Catherine también se asentará y encontrará su destino, todo es cuestión de tiempo. 
ORGULLO Y PREJUICIO
No me queda mucho más que añadir, señor Bennet. Dé recuerdos a su familia y sepa que en mi corazón siempre tendrán su hueco. Le agradezco su cortesía y haberme presentado a la señorita Jane Austen. Hacen falta más mujeres así, sin ella (y muchas como ella) nuestra vida no sería lo mismo. Eternamente agradecida. 
M. Valoración GoodReads: ⭐⭐⭐⭐⭐

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