El encanto de Singapur reside en que se trata de un lugar realmente diferente a cualquier otro que hayamos visitado. La primera de estas diferencias es que se trata de una ciudad-estado asentada sobre más de 60 islas, por lo que parece que realmente se encuentra sobre el mar. Pero su verdadera identidad reside en la mezcla de estilos. Singapur ofrece la apariencia de una de las grandes urbes estadounidenses, con una densidad de población elevada y con un predominio de los grandes rascacielos, pero al mismo tiempo conserva ese toque oriental que hace que a la misma vez se asemeje a una ciudad china.
La forma de vida oriental en Singapur está representada por Chinatown y Little India, dos barrios en los que la moderna y cosmopolita arquitectura desaparece para dejar paso a la arquitectura y las costumbres tradicionales de los habitantes de estos dos países. Al adentrarse en cada uno de ellos el turista tendrá la sensación de que ha viajado a un país totalmente diferente.
Una de las principales atracciones de Singapur es su Safari Nocturno, un recinto que abre sus puertas tras oscurecer y en el que se puede contemplar a los animales de la zona tropical en su hábitat natural e incluso mezclarte con ellos. La mejor manera de disfrutar de este espectáculo es recorrer este recinto en tranvía.
Los contrastes que caracterizan a esta ciudad pueden hacerse aún más manifiestos si decides viajar a bordo de un crucero. En un recorrido por el Pacífico Sur podrás disfrutar en unos pocos días de la cultura oriental de Hong Kong, la mezcla oriental-occidental de Singapur y la naturaleza de Australia y Nueva Zelanda. Es uno de los cruceros con un precio más elevado, pero realmente merece la pena.