En el año 2010, la RAE incluyo dentro de su diccionario y para la acepción de “riñón” la expresión “costar o valer algo un riñón” como sinónimo de “tener un precio muy alto”. No está claro de dónde proviene la expresión y hay varias teorías, lo que está claro es que ya aparecía en recortes de prensa de principios del siglo XX.
- Muchos hablan que es una adaptación de la frase “costar un ojo de la cara”. De esta si sabemos el origen, y nos tendríamos que remontar a la conquista del Imperio Inca (Colombia, Ecuador, Chile, Bolivia y principalmente Perú) por parte de Francisco de Pizarro y sus hombres. Según se dice, uno de sus protagonistas, Diego de Almagro y Hernando Luque (segundo del antes mencionado y posteriormente su rival), fue herido en uno de sus ojos por una flecha disparada por un indígena local en septiembre de 1524 durante una expedición para auxiliar a su jefe, que había sido derrotado en el Fortín del Cacique de las Piedras (actual Colombia). Más tarde, cuando este regresó a España y se reunió con el Emperador Carlos I y en medio de la conversación le dijo: “Defender los intereses de la Corona me ha costado un ojo de la cara”. Como curiosidad, en la mayor parte de representaciones pictóricas tras el incidente, se muestra a Diego de Almagro de perfil, no de frente, para ocultar que estaba tuerto. De ahí en adelante se ha difundido la frase que ya lleva casi 500 años en boca de muchos. A partir de este modismo derivaría lo del riñón, ya que se generalizó para cualquier órgano/parte del cuerpo doble: “costar un ojo”, “costar un pulmón”, “costar un huevo/testículo”, “costar un riñón”, “costar un brazo”, …
- Otros apuntan a que el origen tiene que ver con otra frase, por cierto también contemplada por la RAE, que es “tener alguien cubierto/bien cubierto el riñón” que significaría “tener una fortuna considerable”. Antiguamente, cuando había que llevar encima gran cantidad de dinero, se solía hacer en bolsillos ocultos en las prendas de vestir. Dichos bolsillos llegaban casi a la altura de los riñones, que era el lugar más oculto de cuantos había en las diversas prendas que entonces se acostumbraba a vestir. "Tener los riñones forrados" o "Tener los riñones cubiertos", era una forma de decir que la persona de que se hablaba tenía dinero (un buen fajo de billetes era una buena cubierta o un buen forro de los riñones). Lo de costar algo un riñón vendría por añadidura y significaba vaciar "la riñonera", sacar un montón de billetes de allí.
- La tercera alternativa nos dice que “tener el riñón cubierto” vendría de que la res (vaca) que está bien tratada (gorda y sana), tiene el riñón cubierto de sebo (así lo decía la RAE en 1737). Con lo que todo riñón bien cubierto de res la encarecería para su venta. De nuevo vuelve a ser el riñón el “culpable” del precio alto.
- La cuarta, y última, tendría fundamento bíblico, concretamente en el Libro de Job 40:16, donde se nos decía que San Juan de la Cruz se refiere a los riñones como “el lugar en que se asienta la fuerza, el vigor”. De ahí se originó el que hacer algo difícil te costaraun riñón.
Sea la que sea la que da origen a la frase, está claro que los riñones valen muchísimo y hay que cuidarlos. No vale la excusa de que tenemos dos… Me atrevo a decir más: Cuidarlo en vida y donarlo después… porque donar órganos salva vidas.
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