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Orígenes de la creación I : África

Publicado el 09 octubre 2021 por Snow30759

     Muchas son las incógnitas que nadan en los océanos de la curiosidad humana, el origen de la vida y

Orígenes de la creación I : Áfricasiendo una de las más antiguas y recurrentes. A pesar de que la teoría científica es clara y lleva mucho tiempo gritándonos las respuestas, nuestra imaginación la sigue ignorando, cautivada por coloridas leyendas de dioses y magia. Buscando a veces alguna historia más allá también de la popular creación cristiana, donde Adán y Eva emergen como principales protagonistas y padres de la estirpe humana. 

 Muchas son la culturas que se asentaron alrededor del globo y cada una posee su deidades y mitos propios y por ende sus teorías particulares para explicar la creación del mundo y el nacimiento de la humanidad. Entonces si buscamos saciar nuestra curiosidad y dejar a nuestra imaginación sumergirse en los mares de los mitos ancestrales hace sentido que comencemos precisamente por la cuna de la humanidad, donde la ciencia nos señala que surgió nuestra especie y desde donde se comenzó a poblar el planeta. 

  En la región de África occidental, específicamente en el territorio que hoy en día ocupa Nigeria se establecieron hace mucho tiempo varias tribus yorubas, cuya religión es bastante conocida actualmente, debido a la compra y venta de esclavos que llevó al pueblo africano en cadenas a muchos rincones del mundo, donde sincretizaron su religión, arraigándola con el paso del tiempo en aquellas tierras extranjeras. Estas tribus y su religión poseían una cosmología extremadamente interesante y su mito de la creación no es la excepción.

 Los yorubas llamaron sus dioses "Orishas", que significa " dueños de la cabeza", actualmente existen alrededor de 400 orishas en el panteón yoruba, sin embargo de acuerdo con el mito al inicio solo existían los dioses Olorun, deidad de los cielos, y Olokun, deidad del abismo acuático, ellos engendraron a Obatalá y Orunmila. 

Orígenes de la creación I : África
 Obatalá pidió permiso a su padre para crear la Tierra y así conectar los cielos y el abismo acuático, su padre lo envió a pedir consejo a su hermano Orunmila y éste le entregó una lista de siete objetos que necesitaría para poder crear la Tierra: una larga cadena de oro, una concha de caracol llena de arena, una gallina blanca, un gato negro y una semilla de palmera. Orunmila le entregó a su hermano 6 de los 7 objetos necesarios en una bolsa. Partió entonces Obatalá hacia los Dioses quienes le entregaron su oro para hacer el último de los objetos que necesitaría. 

 
Cuando estuvo hecha la cadena la ató a una nube y comenzó a descender del cielo, sin embargo pronto se dio cuenta de que la cadena no llegaba hasta el abismo acuático y mientras caía escuchó la voz de su hermano que, desde el cielo le indicaba que vertiera la arena de la concha y soltara a la gallina para que excavara, creándose así las colinas y los valles. 

 Obtalá saltó sobre una de las recién creadas colinas y plantó la palmera que creció rápidamente, vomitando más semillas por todas partes hasta que se extendieron por toda la tierra. Tan fascinado estaba el Dios con su creación que se estableció en la Tierra junto al gato negro. Pero pronto el aburrimiento se apoderó de él y comenzó a excavar, hasta que encontró arcilla, con la que comenzó a moldear a los hombres para que le hicieran compañía, tanto trabajó en su creación que se vio obligado a detenerse a descansar, entonces el gato negro le ofreció las alegrías del vino de la palma y el dios comenzó a beber sin mesura. Luego de mucho beber y bailar cayó en un trance de estupor y continuó moldeando a su creación, que ahora estaba repleta de imperfecciones.

 El Dios de los cielos al percatarse de que Obatalá no regresaba envió a Orunmila a la Tierra, instruyéndole que creara todo lo que nada por las aguas, lo que se arrastra por la tierra y lo que vuela por el aire. Cuando Obatalá despertó de su trance vio ofendido lo que Orunmila había hecho, por petición de su padre, y subió a los cielos a reclamarle, pero el Dios del cielo contestó con indiferencia a la ira de Obtalá, quien entonces le pidió que otorgara la vida a sus creaciones de arcilla. El padre accedió y Obtalá regresó a la Tierra, dándose cuenta con horror de los defectos de sus creaciones y desde entonces se convirtió en el protector de la humanidad, de sus enfermedades, desgracias y defectos causados por el día en que bebió demasiado. 


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