Una estatua en bronce de un hombre vestido con poco más que harapos, extremadamente delgado, compungido y encadenado. Representa a Miguel Servet, conocido por su aportación sobre la circulación pulmonar en su obra Christianismi Restitutio si bien sus intereses abarcaron la astronomía, meteorología, geografía, jurisprudencia, teología, el estudio de la Biblia, matemáticas, anatomía y medicina. Vamos, lo que viene siendo un 'fuera de serie'.
Pues resulta que a nuestro eminente aragonés lo quemaron en la hoguera dos veces: Una en Viennes, Francia, y otra en Ginebra, Suiza.